La belleza de la vida, llega de la mano de tu perfección.
Y todo lo bueno, llega desde Dios.
Solo él dispone, cuando, los hijos del sol,
han de regresar al hogar.
Solo él dispone cuando, tu totalidad,has de sanar.
No hay un solo ser, que de alguna manera, no haya sido impulsado por él
para ayudarte en tu búsqueda de la verdad.
Haciendo el "aparente" bien en tu vida, o haciendo el "aparente" mal.
Cada ser que en la tierra camina y pasa por tu lado,
no importa que tan bueno o tan malo te parezca,
es Dios el que utiliza su bondad, o su bronca, para
ayudarte a entender, y aprender a sanar,
tus defectos, tus hegos, tus miedos,
y también a conseguir tus sueños.
Porque no hay nadie que se cruce en tu vida
que no te traiga un mensaje de Dios.
Todos lo hacen.
Porque la maldad en la tierra es mucha,
pero te ayuda a sanarte.
Y sanos, completamente limpios,
con el corazón feliz, el ser humano puede vivir
sin interferencias su vida.
Pero para sanarse, ha de tomar conciencia que
solo él puede hacerlo.
Que desde dentro se sana.
Que toda la tristeza que lleva,
no desciende de la luz de su Alma.
Toda la tristeza está aquí abajo y "pesa"
de modo que hemos de dejar fluir la vida.
Dejar pasar, los seres que Dios nos envía,
sin penas, sin rencores, y sin expectativas.
Y cada detalle, que el cielo te envía en pequeños mensajes
tomarlos en cuenta.
Y así, sanando en nosotros, lo que nos molesta del otro,
disfrutando a pleno, aún los tramos cortos de felicidad,
iremos llenando la copa de la verdad, de Luz de Amor.
Y ese cáliz gigante que el Padre preparó,
¡Que es nuestro corazón!
Se llenará de luz.
Y así será, que perdonando, amando, y haciendo el bien
a otros, nos habremos ganado, ese cáliz precioso,
que es nada más, y nada menos, que la copa
repleta de “Luz de Amor”.
Y repleta la copa (nuestro corazón)
de belleza, de vida, de momentos hermosos,
del amor de la “Luz del Perdón”.
Esa copa crecerá tanto, tan maravillosamente bello,
que ese elixir se volcará.
Y entonces entenderás, porqué,
la Era Dorada
comienza con el cántaro bello, derramando sobre nuestro pecho
el agua de vida, la luz de la sabiduría, y el amor de nuestros
hermanos mayores, pues con mucho, muchísimo amor,
nos enseñan a gestar, desde nuestro centro, el más perfecto ser
que creciendo a pleno, tomará el mando de nuestra existencia.
“Y ese Ser, es Dios”.
Olga González Guerrero.27/10/2010.