El trabajo se tendría que considerar como un juego, no como trabajo. Se tendría que considerar como un juego, simplemente como una diversión. No tendrías que tomártelo en serio; tendrías que ser simplemente como un niño que juega. No tiene significado, no hay nada que lograr; se disfruta de la simple actividad. Si alguna vez juegas, puedes sentir la diferencia. Cuando trabajas es distinto: te vuelves serio, responsable, ocupado, preocupado, ansioso, porque el resultado, el resultado final es el motivo. No vale la pena disfrutar del trabajo por lo que es. El énfasis se pone solo en el futuro, en el resultado. En el juego no hay resultados, realmente. El proceso mismo es gozoso. Y tú no estás preocupado, no es una cosa seria. Incluso si pareces serio, no es más que una pretensión. Cuando juegas disfrutas con el propio proceso; cuando trabajas no disfrutas del proceso: la meta, el final es importante. El proceso se tiene que tolerar de alguna manera. Se tiene que llevar a cabo porque se tiene que lograr algo al final. Si pudieras lograr algo al final sin necesidad de ello, abandonarías la actividad y saltarías al final. Sin embargo, al jugar no harías eso.
El hombre de negocios no es juguetón; y , si no eres juguetón no puedes ser meditativo. Sé más y más juguetón. Desperdicia tu tiempo jugando. Jugar simplemente con los niños servirá. Incluso, aunque no haya nadie, puedes saltar y danzar solo en el salón y ser juguetón. Disfruta. Sin embargo, tu mente seguirá insistiendo:” ¿Qué estás haciendo: pierdes el tiempo?. Podrías ganar algo en este tiempo. Puedes dedicarte a hacer algo, pero no haces más que saltar, cantar y bailar. ¿Qué estás haciendo? ¿Te has vuelto loco?”
Pruébalo, y roba todo el tiempo que puedas a tu negocio...y juega. Como sea. Puedes pintar, puedes tocar al sitar, cualquier cosa que te guste, pero se juguetón. No busques ganancias con ello, no veas futuro en ello, solo el presente. Entonces...entonces puedes ser juguetón interiormente también. Entonces puedes brincar sobre tus pensamientos, jugar con ellos, tirarlos de un lado para otro, danzar con ellos, pero no te los tomas en serio.
Osho: tomado de, The Book of Secrets