ESTAMOS EN UN CAUDAL DE CONCIENCIA DE ORACIÓN QUE BENDICE AL MUNDO
Pensemos en el verano por un momento y en cómo encontramos alivio al calor al meternos en un arroyo de agua fresca. El agua que estaba arroyo arriba hace un momento ahora da vueltas en nuestros pies, refrescándonos, y sigue arroyo abajo. El arroyo en sí continúa fluyendo ininterrumpidamente, con agua fresca y nueva. Así que nunca nos paramos dos veces en el mismo arroyo. La oración es un caudal de conciencia lleno de fe al cual añadimos y del cual recibimos. Las oraciones de todos los tiempos están en ese caudal y las oraciones de cada momento nuevo se convierten en parte de su fluir. Con cada oración, con cada compañero de oración positivo y creyente que apoya nuestra conciencia, entramos al caudal de la vida que nos refresca y nos enriquece. El Espíritu de Dios nos aviva y se mueve por medio de nosotros, creando una conciencia creciente de oración. "Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces" (Jeremías 17:8)
MARTA BRIGIDA DANEY
|