No seas tan perezoso como para pedir a Dios que solucione tus dificultades, pero no vaciles jamás en pedirle sabiduría y fuerza espiritual para guiarte y sostenerte mientras atacas con resolución y valor los problemas que te enfrentan.
Libro de Urantia. Pág.999
Debemos convencernos que la espiritualidad no es sinónimo de paz inalterable, pues por nuestra condición de humanos, los problemas y los conflictos siempre estarán cerca de nosotros, porque justamente son los que nos ayudan a darnos cuenta de nuestro grado evolutivo, según sea la forma en que reaccionamos ante ellos. Acudir a nuestro Padre, está muy bien, pero no para pedirle que solucione nuestros problemas con una varita mágica, sino para que nos de el entendimiento necesario para nosotros encontrar la solución adecuada para resolverlos. Un padre terrenal no le hace las tareas a su hijo por mucho que lo ame, porque sabe que si lo hace el perjudicado será el niño que no logrará aprender su lección y quedará en evidencia ante el profesor, lo mismo pasa con nuestro Papá del cielo.
Lo que siempre debemos tener muy en cuenta, es que "el hombre crece conscientemente desde lo material hacia lo espiritual, por la fuerza, el poder y la persistencia de sus propias decisiones.1282" La mayoría de los seres humanos pensamos que es al revés, que mientras más recurramos a Dios con nuestras peticiones y mientras más sacrificios hagamos para manipularlo para que nos ayude será mejor, ignorando que nadie, ni sisiquiera Dios puede hacer las cosas por nosotros, porque ellas dependen de nuestra voluntad y libre albedrío.
" El factor determinante de la presencia espiritual, existe en vuestro corazón y mente y consiste en la manera de vuestra elección, en las decisiones de vuestra mente y en la determinación de vuestra voluntad. Este diferencial es inherente a las reacciones de libre albedrío de los seres personales inteligentes, seres a quienes el Padre Universal ha ordenado ejercer esta libertad de elección. De este modo, el espíritu de la divinidad se vuelve humildemente obediente a la elección de las criaturas de los reinos.150"
Por eso nuestra oración no debe ser un monólogo de peticiones, sino un diálogo en donde nos demos el tiempo y la serenidad para escuchar lo que nuestro Padre tiene que decirnos, no por medio de voces extraordinarias, sino a través de la comprensión y el discernimiento que nuestra mente tenga para encontrar el medio de solucionar lo que nos preocupa, pues "la identidad mortal es una condición transitoria de tiempo y vida en el universo; es real sólo en cuanto la personalidad elige volverse un fenómeno universal permanente. Ésta es la diferencia esencial entre el hombre y un sistema de energía: el sistema de energía debe continuar, no tiene elección; pero el hombre es responsable de la determinación de su propio destino. El Espíritu residente en nuestra alma, es verdaderamente el camino al Paraíso, pero el hombre mismo debe tomar ese camino por su propia decisión, por su elección del libre albedrío. 1232 El ser humano es el artífice de su destino en la medida que sea capaz de tomar sus propias decisiones y deje de ser una marioneta movida por los hilos de las circnustancias o el parecer ajeno.
Algo que ayuda mucho a mantener la calma cuando en nuestra alma se agita una tormenta, es el saber que no estamos nunca solos y que todo lo que nos ocurre tiene un objetivo que va más allá de las apariencias mediáticas, por tanto "todas vuestras luchas mortales no son en vano. Todos nosotros somos parte de un plan inmenso, una empresa gigantesca, y es la vastedad de esa empresa, la que convierte en imposible poder ver mucho de ello en un determinado tiempo y durante esta vida. Sin embargo, todos formamos parte de un proyecto eterno y el propósito del Dios eterno, es un ideal altamente espiritual. Los acontecimientos del tiempo y las luchas de la existencia material, no son otra cosa que el andamio transitorio que tiende un puente hacia el otro lado, hacia la tierra prometida de la realidad espiritual y la existencia celestial. Por supuesto que, vosotros mortales halláis difícil de captar la idea de un propósito eterno; vosotros sois virtualmente incapaces de comprender el pensamiento de la eternidad, algo que no tiene ni comienzo ni fin, pues todo lo que os resulta familiar, tiene un final. 364" pero hay mucho más por alcanzar, si en esta vida sabemos aprovechar las oportunidades de crecer a través de las dificultades actuales.
yolanda silva solano