Dios constantemente sostiene todas las cosas materiales y a todos los seres espirituales. Los universos son eternamente estables.
Cuando uno escucha las noticias y ve que el mundo está sumido en un sin número de desgracias climatológicas y de guerras, puede parecer una utopía el hablar de estabilidad cósmica y de la preocupación de Dios por nuestro planeta, sin embargo si logramos traspasar las apariencias, nos daremos cuenta que todos estos males que nos aquejan no provienen de Dios, pues él sólo desea nuestro bien, pero a la vez y debido a nuestro libre albedrío, no puede impedir que las Causas ocasionadas por los hombres produzcan los Efectos desvastadores que estamos viviendo, pues "La naturaleza no ofrece más que una clase de justicia que es la conformidad inevitable de los resultados a las Causas.794"
De nuestros desastres no podemos culpar a Dios porque "el Padre no aflige a sus hijos deliberadamente. El hombre desencadena sobre sí mismo aflicción innecesaria como resultado de su negación persistente a marchar en los buenos caminos de la voluntad divina. La aflicción está en potencia en el mal, pero buena parte de ella se produce por el pecado y la iniquidad. Muchos acontecimientos inusitados han acaecido en este mundo, y no es raro que todos los hombres conscientes, se preocupen por el espectáculo que presencian de sufrimiento y aflicción. Pero puedes estar seguro de una cosa: el Padre no envía aflicción como castigo arbitrario de la fechoría. Las imperfecciones y desgracias del mal son inherentes; los castigos del pecado son inevitables; las consecuencias destructoras de la iniquidad son inexorables. El hombre no debe culpar a Dios por las aflicciones que son el resultado natural de la vida que él elige vivir; tampoco debe el hombre quejarse de esas experiencias que son parte de la vida tal como se la vive en este mundo. Es la voluntad del Padre que el hombre mortal trabaje con perseverancia y firmemente hacia el mejoramiento de su condición en la tierra. La aplicación inteligente permitirá al hombre sobreponerse a buena parte de su miseria en la tierra. 1661"
A pesar de todo lo que vemos, yo me atrevo a decir que estamos aprendiendo de nuestros errores, porque ahora tenemos mucha más conciencia social y ecológica y sorprende positivamente el ver como los niños de hoy, están al tanto de los problemas de nuestro planeta y de como repararlos, dándonos un ejemplo digno de ser imitado por nosotros, pues "es nuestra misión ayudar a los hombres a que solucionen sus problemas espirituales y de esta manera agilicen su mente para encontrarse mejor preparados e inspirados para resolver sus múltiples problemas materiales.1661" creados por nosotros mismos.
Cuando vemos que la naturaleza despliega su fuerza, como lo está haciendo ahora en tantas regiones del mundo, sumiendo a la población en el caos, el dolor y la miseria, no quiere decir que Dios se está vengando de los pecados de la humanidad y que estos desastres son el anticipo de lo que vendrá 2012 porque "la naturaleza sólo es, en un sentido limitado, el hábito físico de Dios. La conducta, o acción de Dios se cualifica y se modifica provisionalmente por los planes experimentales y los modelos evolutivos de un universo local, una constelación, un sistema, o un planeta. Dios actúa de acuerdo con una ley bien definida, invariable e inmutable a lo largo y a lo ancho del vasto universo, porque Dios no está personalmente presente en la naturaleza, ni en cualquiera de las fuerzas de la naturaleza, porque el fenómeno de la naturaleza es la sobre imposición de las imperfecciones de la evolución progresiva y a veces de las consecuencias de los errores cometidos contra la ley universal de Dios. Tal como aparece en un mundo como Urantia, la naturaleza no puede ser nunca la expresión adecuada, ni la representación verdadera ni el fiel retrato de un Dios omnisapiente e infinito.57
"El Padre Universal no es una fuerza transitoria, un poder cambiante, ni una energía fluctuante. El poder y la sabiduría del Padre son completamente adecuados para enfrentar todas y cada una de las exigencias del universo. Según se producen las emergencias de la experiencia humana, él las ha previsto todas, y por lo tanto no reacciona a los asuntos del universo de manera indiferente, sino más bien de acuerdo con los dictados de la sabiduría eterna y en consonancia con los mandatos del juicio infinito. A pesar de su apariencia, el poder de Dios no funciona en el universo como una fuerza ciega. 47"
Nos corresponde a cada uno de nosotros participar en el buen funcionamiento de nuestra Urantia, asumiendo con cariño nuestras reponsabilidades en vez de sentarnos a esperar que sean los gobernantes quienes solucionen los problemas que nos aquejan, convenciéndonos además que "los defectos aparentes del mundo natural, no son indicios de ningún defecto correspondiente en el carácter de Dios. Más bien las imperfecciones que se observan son solamente las inevitables y momentáneas interrupciones en la proyección de una película infinita. Son estas mismas interrupciones y defectos de la continuidad y perfección las que permiten que la mente finita del hombre material, obtenga una visión fugaz de la realidad divina en el tiempo y en el espacio. Las manifestaciones materiales de la divinidad parecen defectuosas en la mente evolutiva del hombre, sólo porque el hombre mortal persiste en visualizar los fenómenos de la naturaleza a través de los ojos naturales, por medio de la visión humana sin la ayuda de la revelación, que es el sustituto compensatorio en los mundos del tiempo. La naturaleza también es una manifestación inconclusa e incompleta de las elaboraciones imperfectas del desarrollo, crecimiento y progreso de un experimento universal de evolución cósmica. 57"
Queda claro, que la naturaleza no es Dios, pero quien es capaz "de encontrar a Dios en la naturaleza, es porque ya ha encontrado a ese mismo Dios personal en su propia alma" 1106 y sabe que "la providencia no significa que Dios ha decidido todo por nosotros y por adelantado, pues nos ama demasiado como para hacer eso, porque sería una tiranía cósmica.1304 Nuestro Padre nos deja la libertad de actuar y nos brinda la oportunidad de ser sus socios, en la evolución de nosotros y del planeta,
yolanda silva solano