cometáis el error de probar a otros hombres, que habéis encontrado a Dios.
Libro de Urantia, Pág. 1733
Como la verdadera religión es "la actitud de un alma indvidual en sus relaciones conscientes con su Creador.1603" no podemos obligar a nadie a que nos diga como debe ser nuestra relación con Dios, por eso él mismo nos dió el libre albedrío porque "la religión del espíritu nos deja por siempre libres para seguir la verdad, donde quiera que nos lleve la guía del espíritu residente.1731" por tanto no debemos gastar nuestras energías en convencer a nadie de que piense como nosotros, porque "para entrar en el Reino, el motivo es lo que cuenta, porque el Padre mira dentro del corazón de los hombres y juzga por sus deseos íntimos y sus intenciones sinceras.1571"
Sin embargo "como no es posible recibir tanto y no dar nada" 1584 nuestra misión es mostrar la enseñanza para que cada quien escoja de ella lo que realmente le llegue al corazón, porque "la religión es una forma de vida y una téctinca de pensamiento.1013" y depende de cada ser humano el hacer que ella sea operativa y pueda manifestarse en su vida cotidiana, y "esta interpretación debe ser única y totalmente distinta de la filosofía religiosa de todos los demás. 1130"porque es "la experiencia de una vida religiosa dinámica, la que transforma al individuo mediocre en una personalidad de poder idealista.1094"
"Si queréis guiar a otros al Reino, debéis vosotros mismos caminar en la luz clara de la verdad viviente.1571" porque siempre el ejemplo será el método silente y más afectivo de dar a conocer la Verdad. "Existen dos demostraciones positivas para demostrar que conocéis a Dios: los frutos del espíritu se muestran en vuestra vida rutinaria y que estáis dispuestos a cumplir la voluntad divina. 1733" Por eso, es preciso que constantemente estemos revisando nuestra espiritualidad, que veamos si ella está produciendo los frutos deseados, o nos estamos quedando en conceptos rígidos o demasiado emocionales, que no tienen ninguna llegada real hacia la mejor comunicación con nuestros hermanos. Hay algunos puntos que son dignos de tomar en cuenta porque son el barómetro de toda persona que tiene una verdadera espiritualidad.
1.- Disfruta de una mejor salud.
2.- Funciona más eficaz y prácticamente en su vida mental.
3.- Socializa más plena y alegremente en su experiencia religiosa.
4.- Espiritualiza más completamente su vida diaria, ocupándose al mismo tiempo fielmente de los deberes comunes de la existencia mortal rutinaria.
5.- Aumenta su amor y su apreciación de la verdad, la belleza y la bondad.
6.- Conserva los valores sociales, morales, éticos y espirituales propios de su época.
7.- Aumenta su compenetración espiritual y su conciencia de Dios 100"
Si nos atenemos a estos puntos podremos darnos cuenta como avanza nuestra vida espiritual, en forma lenta, paulatina pero segura, porque se cumplirán en nosotros las palabras de Jesús cuando nos dijo: Para todos aquellos que crean verdaderamente en este evangelio, Yo seré la garantía de recepción en la misericordia eterna y en la vida perdurable del reino de mi Padre. Así pues, vosotros que oís este mensaje y creéis en este evangelio del reino, sois hijos de Dios y tenéis vida para siempre y la prueba para todo el mundo de habéis nacido del espíritu está en que vosotros os amáis sinceramente los unos a los otros 1601 No nos engañemos a nosotros mismos, no hay espiritualidad posible sin el amor a nuestros hermanos, sin excepción alguna, porque si aprendéis a amar sólo a los que os aman, estaréis destinados a vivir una vida limitada y mezquina. 1731
No permitamos que nuestro celo apostólico nos nuble nuestra razón, no podéis enseñar las cosas profundas del espíritu a los que tan solo han nacido de la carne, haced que los hombres nazcan del espíritu, antes de instruirles sobre los caminos avanzados del espíritu. No tratéis de mostrar a los hombres las bellezas del templo, antes de llevarlos al templo. Presentad a los hombres a Dios y como hijos de Dios, antes de hablarles de las doctrinas de la paternidad de Dios y de la filiación de los hombres. 1593
Si aprendemos a respetar el tiempo de comprensión de nuestros hermanos y la forma de su propia evolución, podemos estar seguros de que no caeremos en el fanatismo de creernos dueños de la Verdad y aprenderemos a buscarla , donde quiera que ella se encuentre, como lo hacia Jesús quien tenía una habilidad infalible para reconocer la verdad y no vacilaba en abrazarla, sin importar la fuente de la cual pudiera emanar. 139