mayor espacio que los más densos, los que se han cristalizado y
condensado ocupando así menos espacio.
El mismo principio opera en los Planos Cósmicos. El más denso de
ellos es el séptimo (contando de arriba abajo). Está representado en el
diagrama como el más grande de todos, debido a que con este plano es
con el que estamos más relacionados y se deseaba indicar sus
principales subdivisiones. En realidad, sin embargo, ocupa un espacio
menor que el ocupado por cualquiera de los otros planos cósmicos, si
bien debemos, fijar en la mente que aún con esa restricción es
inconmensurablemente grande y vasto, mucho más de lo que la mente
humana puede concebir, comprendiendo en su extensión millones de
sistemas solares parecidos al nuestro, que son los campos de
evolución de muchos grados de seres que aproximadamente se
encuentran en nuestro propio estado.
De los seis planos cósmicos superiores al nuestro no sabemos nada. Se
nos ha dicho que son el campo de actividad de grandes Jerarquías de
Seres de indescriptible esplendor.
Procediendo desde nuestro Mundo Físico hacia los mundos internos
más sutiles y a través de lo Planos Cósmicos, encontramos que Dios,
el Arquitecto de nuestro Sistema Solar, la fuente y la meta de nuestra
existencia, se encuentra en la más elevada división del séptimo plano
Cósmico. Este es Su Mundo.
Su reino incluye los sistemas de evolución que se efectúan en los otros
planetas que pertenecen a nuestro sistema: Urano, Saturno, Júpiter,
Marte, la Tierra, Venus, Mercurio y sus satélites.
Las grandes Inteligencias Espirituales denominadas Espíritus
Planetarios, que guían estas evoluciones, se llaman "los Siete Espíritus
que se encuentran ante el Trono". Son Sus Ministros, presidiendo cada
uno un departamento del Reino de Dios, que es nuestro Sistema Solar.
El Sol es también el campo de evolución de los más elevados Seres de
nuestro Cosmos. Únicamente ellos pueden soportar y progresar en
aquellas tan terribles vibraciones solares. El Sol es lo más próximo
que tenemos como símbolo visible de Dios, si bien no es más que un