PREGUNTA: Se dice en el Concepto Rosacruz del Cosmos que los
niños que mueren en la infancia se les
hace renacer en un período comprendido de 1 a 20 años. ¿Retornan a su mismo estado de vida
anterior, o en algunas condiciones vuelven a un medio ambiente diferente, más o menos
agradable, de riqueza o pobreza?
Respuesta: Esta pregunta fue hecha hace muchos años cuando el que contesta era un novicio
en la investigación del mundo espiritual, y fue respondida correctamente en ese tiempo. Pero
investigaciones subsecuentes hacen posible dar más detalles basados sobre lo que realmente
ha sucedido en un número considerable de casos. Fueron apuntados los resultados de cada una
de las investigaciones al ser terminadas, pero éstas se han perdido. Sin embargo, según nuestro
recuerdo, se encontró que de veinte niños que vigilamos, y que renacieron dentro de un lapso
de cinco años después de su muerte, quince o dieseis volvieron a su misma familia. Puede
verse en el momento en que muere un niño, si éste ha de permanecer un largo o corto período
de tiempo en el mundo invisible. En consecuencia, seleccionamos otro grupo de veinte que
aún se encuentran en el mundo invisible y que no se espera que renazcan hasta que hayan pasado
diez o más años. Pero las tendencias son ya plenamente claras, pues cuando un Espíritu
busca renacer, generalmente es atraído hacia la madre años antes de entrar a la matriz, y algunas
veces, mujeres todavía no casadas son rodeadas por sus futuros hijos, aun antes de
comprometerse en matrimonio. Juzgando de este hecho lo que serán los resultados
encontramos que de los veinte, sólo tres están con sus madres anteriores; los otros diecisiete
están repartidos entre otras familias, y dos de ellos están acompañando a muchachitas,
esperando que crezcan y sean sus madres.
Esta tendencia de los Espíritus que tratan de encarnar, de seguir y rodear a sus futuras madres,
por años, algunas veces da lugar a situaciones confusas que dan risa en relación con médium
que no comprenden esas condiciones. Recordamos el caso de una joven que asistió a una
sesión y le fue dicho que tenía un niño en la tierra de los Espíritus, y que estaba parado cerca
de ella llamándola madre. Naturalmente, ella negó indignada el aserto, se levantó, y abandonó
la reunión. Así, ese es un caso en que ambas partes tenían razón, aunque haciendo cada una
declaraciones diametralmente opuestas; cada cual pensó de su contrario deshonestamente
porque los dos carecían del conocimiento para reconciliar lo que parecía irreconciliable.