XIX. El tiempo
Los científicos materialistas han observado que la luz solar calienta más
intensamente algunas partes de la Tierra. Al irradiar la Tierra su calor al aire
sobre ella, algunas zonas se calientan más que otras. Las masas de aire
caliente son ligeras y se elevan mientras que las masas de aire frío son
pesadas y caen, lo cual da lugar a un viento de superficie que sopla desde la
región de altas presiones (donde descendió la masa de aire frío) hacia la región
de bajas presiones (donde el aire caliente se eleva). La rotación de la Tierra
influye en el movimiento de los vientos. Los vientos templados pueden tomar
agua de las regiones húmedas de la Tierra y llevar este agua hasta que se
enfrían lo suficiente como para no ser capaces de transportarla. Entonces la
liberan como lluvia, nieve o cualquier otra forma de precipitación. De acuerdo
con estos principios básicos, más la observación constante del tiempo, los
científicos pueden hacer predicciones acerca del tiempo que tendremos en el
futuro. Hasta el momento, la fiabilidad de las predicciones meteorológicas es
bastante limitada.
Los clarividentes pueden aportar un mayor discernimiento sobre las
causas de los patrones meteorológicos. El clarividente puede ver el interior de
la Tierra y las fuerzas espirituales que allí son influidas por el desarrollo moral
de los humanos y que en correspondencia influyen sobre los fenómenos
naturales sobre la Tierra tales como el tiempo, terremotos y volcanes. Max
Heindel precisa (El Concepto Rosacruz del Cosmos, pág. 506-507 de la versión
inglesa) que esas fuerzas pueden ser percibidas clarividentemente en el
séptimo estrato de la Tierra y que:
"Al principio de la evolución consciente del hombre estas fuerzas eran
mucho peores que en el presente. Parece que conforme la humanidad
progresa moralmente, estas fuerzas mejoran correspondientemente;
igualmente, cualquier fallo moral tiende a desencadenar esas fuerzas de la
naturaleza y hace que causen estragos sobre la Tierra, mientras que la lucha
por elevados ideales hace a estas fuerzas menos enemigas del hombre...
Desde el punto de vista oculto, la "mano de Dios" que castigó Sodoma y
Gomorra no es una tonta superstición, porque así como hay una
responsabilidad individual ante la Ley de Consecuencia que acarrea a cada
persona el justo resultado de sus obras, buenas o malas, así también hay una
responsabilidad colectiva y nacional que acarrea sobre los grupos de hombres
unos resultados correspondientes a sus acciones colectivas. Las fuerzas de la
naturaleza son por lo general los agentes de tal justicia retributiva..."
Uno se puede preguntar si son compatibles las visiones del científico
materialista y del clarividente, ya que ambos ven el clima como producto de
causas distintas. Para contestar a esta pregunta podemos considerar la historia
siguiente, también de Max Heindel (El Concepto Rosacruz del Cosmos, p. 125
de la edición inglesa): "Vemos dos hombres discutiendo en la calle y
súbitamente uno golpea al otro, haciéndolo caer. Un observador podrá deducir
que un pensamiento de odio fue la causa del golpe. En cambio, otro puede
sostener que él vio el brazo levantado, contraídos los músculos y luego el
brazo disparado hacia la víctima, la cual fue derribada. Esto es también cierto
pero es obvio añadir que si no hubiera habido un pensamiento de odio de por
medio, el bofetón no se habría producido."
La moralidad de la gente sobre la Tierra puede actuar como una causa
que afecta la manera en que diferentes partes del aire se calientan y ascienden
o se enfrían y descienden, o bien ganan y pierden humedad, influenciando así
los patrones meteorológicos. Emociones tales como el odio, tristeza y miedo
pueden afectar al flujo de fuerzas vitales y sangre dentro del cuerpo humano, y
conducirlo a una enfermedad. Algo similar puede suceder a gran escala cuando
un grupo de personas comparte tales sentimientos. Pueden afectar así al flujo
de energías a través de la atmósfera terrestre y de esta manera influir sobre el
tiempo.
Otras causas de patrones meteorológicos que el clarividente aprecia son
las astrológicas. Animan de energía los pensamientos y sentimientos de los
hombres (tanto de manera armónica como inarmónica), lo que a su vez influye
sobre el flujo de energías en la atmósfera, que a su vez determinan el tiempo.
Sobre todo esto se sitúan los Ángeles Archiveros. Ellos lo ven todo y
conocen las necesidades evolutivas de cada persona. Ellos disponen el tiempo
y lugar de todos los acontecimientos naturales y los caminos de las personas
de forma que todos y cada uno encuentran exactamente lo que necesitan para
su desarrollo.
En Marcos 4:35-41 se narra la historia en la que Cristo y sus discípulos
fueron sorprendidos por una gran tormenta a bordo de un bote que hacía agua.
Cuando Cristo ordenó: "Calla, enmudece", el viento cesó y sobrevino una gran
calma. Es razonable suponer que pensamientos y sentimientos armoniosos
como los que irradiaba Cristo puedan traer la calma.
La próxima vez que afrontemos un tiempo adverso u otras inclemencias
naturales haríamos bien en elevar nuestros corazones y mentes hacia Dios. O
mejor incluso, si podemos mantener nuestros corazones y mentes elevados
hacia Dios y podemos influir en los que nos rodean para que hagan lo mismo,
seremos capaces de ayudar a calmar los vientos de esta Tierra atribulada.
REFERENCIA
- Heindel, Max. The Rosicrucian Cosmoconception. Oceanside, Cal: The
Rosicrucian Fellowship, 1973
* * *
Ciencia
y
Religión
Por
Elsa M.
Glover