“Polvo eres y en polvo de convertirás” es la frase más repetida en un miércoles de ceniza, con la intensión de tener presente que todo lo que es de la tierra vuelve a ella. Pensar que el cuerpo se convertirá en polvo en algún momento resulta abrumador para muchas personas, de ahí otra frase célebre del “No somos nada”. . . pero realmente, ¿no somos nada?
Sentir o creer que no somos nada nos lleva a pensar que no somos relevantes en la vida, que nuestra existencia es fortuita, que lo mismo sería si existo, como si no. Creo que va llegando el momento de ver desde otra óptica el significado de lo que realmente somos, y no bajar la cabeza con la marca en la frente de lo que hemos creído ser. Y para nada estoy diciendo que la tradición, devoción, y festejo del inicio de la cuaresma este mal, simplemente que debe ser hora de vivirlo en su sentido real, el festejo de la inmortalidad.
Si tomamos la idea de que nuestro al morir, tarde o temprano será polvo para la tierra, sabemos entonces que ése resto de lo que fuimos aquí, ése polvo va expandiéndose, sirviendo para dar un nuevo ciclo de vida mientras la materia siga existiendo. Pero realmente eso no es lo importante o maravilloso del caso, sino que dentro ése cuerpo que habitas, existe la vida misma que te hacer ser todo y uno con lo que te rodea, la esencia necesaria para que nada fallezca.
Mírate al espejo, mírate profundamente a los ojos. Esa luz que vez ahí, eso eres tú. Eres la magia de la existencia, eres el universo mismo dentro de tu (por cierto muy lindo) cuerpo. Tarde o temprano saldrás de ahí de eso no te quepa duda, y serás verdaderamente todo en lugar del nada.
En un miércoles de ceniza que tu rostro no exprese tristeza, por el contrario. Lo que es de la tierra a la tierra y lo que es de Dios a Dios.
Que tu paz sea mi paz, y mi paz la tuya
Jameri.