Separar dias para conmemorar diversos actos pasados y situaciones vigentes tiene un proposito y efecto bien definido, aun cuando podamos llegar a pensar que son innecesarios dado que son cosas para pensar a diario; sin embargo, mas alla de nuestro pensar, prevalece esa maravillosa aseveracion del Maestro de Maestros: "Donde esten dos o mas reunidos en mi nombre, yo estaré en medio de ellos". Y su "nombre" es sinonimo de bien, de amor. Entonces, cuando los hombres son convocados a rememorar con estos propositos se genera un sentir y un poder muy necesario que trasciende nuestra vision material. Que este 4 de junio separemos unos momentos para pensar en los efectos que sobre la ninez tienen los conflictos armados, y también pensemos en esa otra guerra permanente que vemos sobre la infancia del mundo; la guerra silente e invisible que muchas veces ocurre en las escuelas, centros de cuido, en las calles y hasta bajo el techo que se supone les cobije; la guerra del abuso y maltrato fisico y mental, del abandono o trato negligente, y de la explotacion y abuso sexual, entre otros. Las noticias que nos llegan sobre estos hechos pueden llegar a restarnos el aliento y si extendemos un poco la vista vemos sus afectos en la salud fisica y mental de los agredidos, vemos como su habilidad para aprender y socializar queda alterada y mas adelante veremos como su desarrollo como adulto funcional y buen progenitor ha sido socavado.
Que este 4 de junio ---y siempre--- podamos analizar nuestras propios actos hacia la ninez y enmendar toda equivocacion, asi también que podamos levantar la voz en defensa de todo nino/a victima de agresion.
Monumento a las victimas inocentes de la Segunda Guerra Mundial
(Recurso consultado www.terra.com)
"Cuando se reprime la sensibilidad y se idealiza la guerra se desarrolla frialdad decisional. En ella todo valor moral y emocional queda fuera..."