Durante toda mi vida aparecerán y desaparecerán los desafíos, tanto en tiempos de éxito como de contratiempos.
No obstante, es en el ir y venir de los sucesos, hábitos y actitudes como se produce el crecimiento.
No tengo porque sentirme angustiado por abandonar la seguridad de un sitio familiar,
la comodidad de una relación o una realidad reconfortante.
Puedo mirar mas allá de la seguridad pasajera que ofrece una situación o una persona y recurrir a mi verdadera seguridad : el Espíritu Santo. La presencia del Espíritu Santo me acompaña a todas partes y en todo momento.
Agradezco cada oportunidad de abandonar caminos inadecuados o que ya han cumplido su ciclo,
pues cada una me libera un poco mas. Acepto las situaciones nuevas con fe y buen disposición.
Cuando recibo de buen grado la guía del Espíritu Santo, hallo la fuerza y la sabiduría necesarias
para aprovechar a fondo las oportunidades de cada día.
"No juzguéis por las apariencias;
cuando juzguéis hacedlo con rectitud."
Juan 7, 24
Jeronimo Raul Ocampo