Hay un verdadero abismo entre el saber y el comprender, porque "el conocimiento es una posesión de la mente, la verdad es una experiencia del alma, del yo en progresión.1455" y la gran mayoría de nosotros sabemos mucho, pero comprendemos poco, si no fuese así, tendríamos un mundo muchísimo mejor que el que tenemos, pues no puede haber comprensión verdadera, sin un cambio interno que necesariamente tiene que manifestarse en el actuar, pues cuando comprendemos algo, se produce un cambio en nuestra conciencia y por lo mismo no se olvida, porque se hace carne de nuestra carne y podemos hacer uso de ese conocimiento en las diversas circunstancias de nuestra vida. "
"El conocimiento conduce a la categorización de los hombres, da origen a las capas y castas sociales. La religión conduce al servicio de los hombres, creando de esta manera la ética y el altruismo. La sabiduría conduce a una mejor y más elevada fraternidad, tanto de las ideas como con los semejantes. La revelación libera a los hombres y los impulsa hacia la aventura eterna. La ciencia clasifica a los hombres; la religión ama a los hombres, aún como a ti mismo; la sabiduría hace justicia a los hombres diferentes; pero la revelación glorifica al hombre y revela su capacidad de asociarse con Dios.1120"
Los conocimientos, por interesantes e importantes que ellos sean, perecen junto con nuestro cerebro al llegar la muerte física, en cambio la comprensión como es una información limpia del ripio de nuestra personalidad, se transforma en nuestra herencia eterna, porque " el Espíritu residente recordará y volverá a recontar para ti sólo aquellos recuerdos y experiencias que son parte de tu carrera universal y que son esenciales para ésta. Pero mucho de tu vida pasada y sus recuerdos, que no han tenido ni significado espiritual, perecerá con tu cerebro material; mucho de la experiencia material desaparecerá como antiguos andamios que, habiéndote ayudado a pasar al nivel morontial, ya no tienen un propósito en el universo. 1235"
Cuando realmente comprendemos algo, no hay ninguna dicotomía entre lo que pensamos y lo que hacemos, porque no hay contradicción interna, lo cual origina una gran armonía, porque "El crecimiento espiritual produce un deleite duradero y una paz que trasciende toda comprensión.1098" Pero no debemos olvidar que la comprensión no llega como un relámpago a nuestras vidas, ella es fruto de un trabajo reflexivo y tenaz y que está muy lejos de ser la cristalización de un conocimiento, pues cuando "la verdad se formula como una línea divisoria de exclusividad farisaica y engreída, en lugar de servir como signo de guía y progreso espiritual, estas enseñanzas pierden su poder creador y dador de vida y, en último término, se tornan solamente preservativas y fosilizantes.1727"
La comprensión es eminentemente personal, por tanto no debemos pretender que los otros comprendan lo mismo que nosotros, porque cada alma tiene su propio tiempo y capacidad de evolución, por eso "el concepto espiritual no puede ser forzado en forma mecánica dentro del molde de la memoria material. 556" Jesús nos pide que "no cometas el error de juzgar la religión de otro con vuestras propias normas de conocimiento y compresión.1115" sino que por el contrario tengamos gran empatía por aquellos que comprenden menos, porque "deberías aprender, que aun la expresión de un pensamiento bueno debe ser modulada de acuerdo con el estado intelectual y el desarrollo espiritual del oyente. La sinceridad cumple su mejor función en el trabajo del reino cuando está unida con la discreción.1961
Trabajemos arduamente para que nuestros conocimientos se transformen en comprensión, pero hagámoslo teniendo en cuenta "de los peligros del coraje y de la fe, y de cómo estos dos factores a veces llevan a un alma no reflexiva a la presunción y la imprudencia. Porque la prudencia y la discreción, llevadas a los extremos, conducen a la cobardía y al fracaso. Jesús exhortó a sus oyentes a que procuraran la originalidad, pero evitando caer en la excentricidad., porque la comprensión no debe caer en sentimentalismo, ni la piedad en beatería.1673"
yolanda silva solano