¡¡Porque la verdad existe!! ¡¡Está ahí!!
Y no es necesario ir a misa ni santiguarse para encontrarla, entenderla, y sentirla. No es necesario seguir a ningún gurú, ni maestro, ni chamán, ni guía iluminado, ni cura, ni pastor, ni anciano; solo necesitamos creer en nosotros mismos; creer y sentir que realmente esa verdad existe y dejarnos guiar por nuestro interior, por nuestra intuición; siendo totalmente conscientes que disfrutamos de “libre albedrío”, una de las leyes básicas más importantes del universo.
Lo vuelvo a afirmar, ¡¡la auténtica verdad existe!! ¡¡No es una invención humana!!
Pero tenemos el gran inconveniente de que, la sociedad en general a la que intentamos llegar con información, con mensajes que son verdaderos y reales; información que existe, que es auténtica, pero al relacionarla con las religiones que nos han manipulado y mentido siempre, se convierte en información desvirtuada que se interpreta como mensajes vacíos de contenido usados para seguir engañándoles y dominarlos como corderitos.
¡Insisto! ¡¡La verdad existe, es real!!
Pero entiendo muy complicado que esta sociedad nuestra vuelva a creer que expresiones y conceptos como: Dios, Jehová, Eterno, Infinito, Espíritu, Hijo, etc. sean reales, auténticos y verdaderos.
Meditando sobre todo esto, opinino que llevar mensajes con palabras tan manoseadas como las de arriba, a pesar que definen conceptos reales, provocan una reacción inmediata relacionada con religiones interesadas y manipuladoras; hecho que me lleva a creer, que para tratar de invertir esa mentalidad, deberíamos cambiar dichas expresiones por otras más adecuadas a nuestra cultura actual.
Aunque eso no servirá de nada para aquellos que “creen” que son los “únicos y exclusivos” en todo el cosmos; sin embargo, los que realmente somos capaces de “creer” que en el universo existen otras inteligencias, otros seres parecidos o diferentes a nosotros; si realmente creemos que después de esta vida, disfrutaremos de otras vidas y oportunidades para rectificar errores y progresar hacia nuestro “hogar definitivo”, hacia la verdadera “LUZ ETERNA”; entonces, y solo entonces, podríamos concluir que todas las energías universales, a la fuerza tienen que “proceder”, “emanar”, “originarse”, “nacer” de “una fuente inagotable”.
Si podemos asumir coherentemente que esa “Fuente” es “Inteligente”; también deberíamos creer que dicha “Fuente” es conocedora de conceptos como “caos”, “orden” y “amor”; con lo cual también sabe que “caos” es ausencia de “orden” y “amor” de donde solo puede venir “destrucción”; concepto totalmente contrario a “orden” y “amor” que es sinónimo de “vida”, vida universal y eterna. Por lo tanto, si esa “Fuente o inteligencia” ha de “crear” o “diseñar” algo, ha de estar basado en la “energía del orden y el amor”, porque lo contrario no tendría sentido.
Y pensando en “una fuente” de tal magnitud, de donde fluye tanta “energía”; al no poder esta “energía” estar directamente en contacto con nosotros porque somos creaciones físicas, me pregunto:
“¿Qué puede hacer una “Fuente Inteligente” para darse a conocer a “SÍ misma” y enseñarnos toda su estructura y gestión administrativa universal una vez que no nos es posible conocerla y experimentarla físicamente porque moriríamos, ni mentalmente porque todavía somos muy básicos para entender esa dimensión como seres duales y tridimensionales?”
Creo que lo más coherente e inteligente, es que nos envíen personalidades con modos, comportamientos y expresiones que nos resulten familiares según nuestra cultura para poder entenderlas y sentirlas más próximas a nosotros; con conceptos, mensajes y enseñanzas que podamos comprender desde nuestras limitaciones intelectuales más próximas a lo animal que a lo universal.
A partir de aquí es donde pienso que esa “Gran Fuente de Energía Inteligente” diseña y pone en práctica “El Gran Escenario Universal”:
Esa “Gran Fuente de Energía Inteligente” se define a Sí Misma como “Padre” (Expresión que se entendía hace 2000 años y entendemos ahora); y como tal, sabe y conoce que solo la energía amor es la única que puede conseguir que toda la maquinaria universal funcione ordenadamente. Llegado a este punto, considero lógico y coherente que esa “Gran Fuente”, “Actor Principal” o “Gran Padre Amoroso”, a su vez cree un “Hijo”, igual al Padre pero dotado de una personalidad, energía espiritual y características individuales que nos resulten familiares, comprensibles y observables para nuestras limitadas mentes humanas.
De la colaboración entre estos dos “Grandes Actores Principales” Padre e Hijo, nacerá un “Tercer Gran Actor” al que la “La Gran Fuente de Energía Inteligente” le llamará “Espíritu Infinito”, fenómeno que más o menos podríamos definir como la energía que percibimos cuando sentimos la necesidad elevada y altruista de servir a nuestro prójimo, “a nuestros hermanos”.
Esta sería, de forma sencilla y entendible, la “Familia Original-Universal” de donde nacerán o se co-crearán el resto de personalidades universales espirituales que colaborarán con nosotros (criaturas básicas); y nos mostrarán el camino de forma sencilla según nuestros conceptos, lenguaje, y cultura humana; nos enseñarán las distintas formas, modos, leyes y pensamientos elevados para poder entenderlos, creer en ellos, y evolucionar como criaturas universales hacia nuestro “Hogar Natural”; pero con la mochila bien cargada de experiencias que nos serán útiles para servir a otros seres que están iniciando su trayecto universal en otros universos y mundos; y así eternamente.
Moraleja: Para evolucionar espiritualmente, no necesitamos ser santos, ni creer en ellos; bastaría con creer sinceramente desde el corazón que el Padre universal es “real” y amarlo; creer que verdaderamente somos “sus hijos” y que por lo tanto “Él” también nos ama. Por último, y si de verdad somos capaces de creer en ello, por simple y pura coherencia, creer también que todos los seres humanos somos hermanos.
Lo triste es, que de la enseñanza que Jesús nos dejó con tanta sabiduría y que aplica aquí tan perfectamente “¿conocen todas estas cosas? ¡Felices son si las hacen!”, no somos capaces de llegar más allá de la pregunta, la práctica es otra historia.
Miguel Bustos