ME PERDÍ A MÍ MISMO
Ha muchos años, me perdí a mí mismo
y, desde entonces, sin yo darme cuenta,
me he buscado, sin éxito, y en venta,
bordeando, al intentarlo, un gran abismo.
Ahora ya me encontré, y mi mecanismo
funciona ya sabiendo, y no aparenta
papeles o poderes que no ostenta
ni presume de ateo o de nihilismo.
Que así discurre la aventura humana:
malgasta media vida en vanidades,
presume sin motivo y muy ufana,
amontona basura a cantidades
y, al final, ve la luz y la luz gana
trocando las mentiras en verdades.
DE EL VIAJE INTERIOR.
Francisco-Manuel Nácher López