El fracaso es simplemente un episodio educativo y una experiencia cultural para adquirir sabiduría, en la experiencia del hombre que busca a Dios.
Libro de Urantia. Pág.1780
A veces el fracaso nos duele tanto, que en más de una ocasión, preferimos renunciar a nuestros propósitos, en vez de seguir intentando enfrentarnos al éxito. El miedo al fracaso en el fondo, no es más que nuestra autoestima herida y nuestro ego menoscabado, lo que nos impide seguir persiguiendo nuestras metas, en vez de darnos cuenta que el éxito y el fracaso no son más que palabras del extremo de una misma recta y que de nosotros depende el acortar los tramos que los separan pues "el éxito puede generar valor y promover confianza, pero la sabiduría sólo proviene de las experiencias del ajuste al resultado de los propios fracasos 1780"
El fracaso nos sería mucho más fácil no sólo de soportar, sino de saberlo aprovechar, si nos hiciéramos conscientes, que "ninguna experiencia valiosa ocurre nunca en vano y que ningún significado verdadero perece jamás.1200" porque lo que realmente le da valor a lo que nos proponemos hacer, es la intención y la conciencia que tengamos al hacerlo, pues "el alma en evolución no se vuelve divina por lo que hace, sino por lo que trata de hacer.557" porque "lo que eres hoy, no es tan importante como lo que llegues a ser día a día y en la eternidad.1217" pues son nuestras acciones y experiencias conscientes las únicas que nos podremos llevar hacia los mundos de estancia, porque "el Espíritu residente, recordará y volverá a recontar para ti, sólo aquellos recuerdos y experiencias que son parte de tu carrera universal. Pero mucho de tu vida pasada y sus recuerdos que no han tenido significado espiritual, perecerán con tu cerebro material.1235"
Para nuestra sobrevivencia eterna, nos sirven de igual forma los éxitos como los fracasos de nuestra vida, siempre y cuando sepamos sacar el significado de ellos, sin envanecernos con el éxito, ni desanimarnos por el fracaso. "Vivir con éxito no es más ni menos, que el arte del dominio de técnicas confiables, para solucionar problemas comunes. El primer paso en la solución de todo problema consiste en ubicar la dificultad, aislar el problema y reconocer francamente su naturaleza y gravedad. El gran error es que, cuando los problemas de la vida despiertan nuestros temores profundos, nos negamos a reconocerlos1773 y nuevamente volvemos a ese orgullo que nos juega tan malas pasadas, porque "el orgullo nos ciega porque oscurece a Dios. Si quieres obtener la ayuda del cielo, aparta tu orgullo, pues cualquier indicio de orgullo obstruye la luz salvadora, como si fuera una gran nube. Si no tenéis rectitud adentro, es inútil que oréis por lo que ha quedado afuera1451"
Por tanto gran parte del éxito o del fracaso que obtengámos, depende totalmente de nuestra actitud interna y de nuestro trato con nuestros semejantes, pues "aunque estés efectivamente armado para encarar las situaciones difíciles de la vida, no puedes esperar mucho éxito, a menos que estés equipado de esa sabiduría de mente y encanto de personalidad, que te permite ganar el apoyo y la cooperación sincera de tus semejantes. No puedes esperar una amplia medida de éxito, ni en el trabajo secular ni en el trabajo religioso, a menos que aprendas cómo persuadir a tus semejantes, cómo convencer a los hombres. Simplemente, debes tener tacto y tolerancia.1774" dos virtudes poco frecuentes que necesitan de nuestra autoconciencia al hablar y al actuar, por algo Jesús nos díce que "la manifestación de la grandeza, es la exhibición del autocontrol, pues el gran hombre no es quien conquista una ciudad o una nación, sino quien el que domina su propia lengua.317"
Ni el fracaso es un castigo, ni el éxito llega por azar, pues "se requiere inteligencia para garantizarse uno mismo, una porción de las cosas deseables en la vida. Es totalmente erróneo suponer que la fidelidad al propio trabajo diario, asegura las recompensas de la riqueza. Aparte de la adquisición ocasional y accidental de la riqueza, las recompensas materiales de la vida temporal, fluyen en ciertos canales bien organizados, y sólo los que tienen acceso a estos canales, pueden esperar ser bien recompensados por sus esfuerzos temporales. La pobreza será por siempre, el destino de los hombres que buscan la riqueza en canales aislados e individuales. Por consiguiente, el planeamiento sabio se torna el elemento esencial para llegar a la prosperidad en el mundo. El éxito requiere, no solamente devoción al propio trabajo, sino también funcionar como parte de uno de los canales de la riqueza material. Si no eres sabio, puedes entregar una vida de dedicación a tu generación, sin obtener recompensa material; si eres un beneficiario accidental de la corriente de la riqueza, podrás nadar en lujo aunque no hayas hecho nada valioso para tus semejantes.1779" y por tanto ese éxito será efímero porque no tiene ningún valor de sobrevivencia eterna.
Es natural que nadie desea ser un fracasado, ya que "los hombres prefieren las ilusiones optimistas a la realidad, sin embargo jamás podrán ser sabios, pues sólo los que se enfrentan con los hechos y los adaptan a los ideales, pueden llegar a la sabiduría. La sabiduría abraza tanto el hecho como el ideal y por consiguiente salva a sus devotos de esos extremos estériles de la filosofía y al hombre cuyo idealismo excluye los hechos y al materialista que está vacío de visión espiritual. Esas almas tímidas que sólo pueden mantener la lucha de la vida mediante las continuadas ilusiones falsas del éxito, están destinadas a sufrir el fracaso y experimentar la derrota cuando finalmente despierten del mundo de ensueño de su propia imaginación.1780"
Dios es la abundancia misma, por tanto si estamos intimamente unidos a El, estaremos en el canal preciso para conectarnos con la abundancia y la felicidad, porque "una felicidad en crecimiento constante, es siempre la experiencia de los que están seguros de Dios.1766"
yolanda silva solano