En estos tiempos tan inciertos, en los cuales tanto la naturaleza como la política esta convulsionada y los "indignados" elevan sus voces en todo el mundo, y a diario la fecha del fin del mundo cambia su llegada, pareciera ser que nuestro planeta ya no da para más, porque el mal parece que está predominando, sin embargo es Ahora, cuando más debemos renovar nuestra fe en el Bien y tener la seguridad que el mensaje de Jesús, saldrá del enclaustramiento y letargo de las religiones de autoridad, y comenzará a hacerse cada vez más vivo y enérgico en la mente y en las obras de cada uno de los que nos llamamos cristianos, porque " Las incertidumbres de la vida y las vicisitudes de la existencia no contradicen de ningún modo el concepto de la soberanía universal de Dios. Toda vida de la criatura evolutiva está acechada por ciertas inevitabilidades.51"
El nuevo Camino que Jesús nos trae, no está excento de dificultades, porque en este planeta esto no es posible, pues su destino es sacar provecho de las dualidades y convertir lo malo en deseable, pero "el hombre es lento para inciar cambios en su hábitos de pensamientos y técnicas del vivir.1459" Por tanto, " Considerad lo siguiente:
¿Es el valor —la fuerza de carácter— deseable? Si es así, el hombre debe criarse en un ambiente que requiera el enfrentamiento con dificultades y la reacción a los desencantos.
¿Es el altruismo —el servicio a los semejantes— deseable? Entonces la experiencia de vida debe proporcionarnos el encuentro con situaciones de desigualdad social.
. ¿Es la esperanza —la magnitud de la confianza— deseable? Entonces la existencia humana debe enfrentarse constantemente con inseguridades e incertidumbres recurrentes.
. ¿Es la fe —la suprema afirmación del pensamiento humano— deseable? Entonces la mente del hombre debe hallarse en esa dificultad problemática donde siempre sabe menos de lo que puede creer.
¿Es el amor a la verdad y la disposición de ir dondequiera éste conduzca, deseable? Entonces el hombre debe crecer en un mundo donde el error está presente y la falsedad es siempre posible.
¿Es el idealismo —el concepto que más se acerca a lo divino— deseable? Entonces el hombre debe luchar en un ambiente de bondad y belleza relativas, en un ambiente que estimule el anhelo incontenible de cosas mejores.
¿Es la lealtad —la devoción al deber más alto— deseable? Entonces el hombre debe proceder rodeado por las posibilidades de traición y deserción. El valor de la devoción al deber consiste en el peligro implícito de incumplimiento.
¿Es la falta de egoísmo —el espíritu de olvido de sí mismo— deseable? Entonces el hombre mortal debe vivir cara a cara con el incesante clamor de un yo inescapable que exige reconocimiento y honor. El hombre no puede elegir dinámicamente la vida divina si no existe una vida del yo a la que renunciar. El hombre no podría nunca aferrarse a la salvación en la rectitud si no hubiera ningún mal potencial que exalte y diferencie el bien por contraste.
¿Es el placer —la satisfacción de la felicidad— deseable? Entonces el hombre debe vivir en un mundo en el que la alternativa del dolor y la probabilidad del sufrimiento son posibilidades experienciales siempre presentes.
En todo el universo, cada unidad se considera una parte del todo. La supervivencia de la parte depende de la cooperación con el plan y el propósito del todo, el deseo sincero y la disposición perfecta de hacer la divina voluntad del Padre. El único mundo evolutivo sin error (la posibilidad de un juicio necio) sería un mundo sin inteligencia libre. En el universo de Havona hay mil millones de mundos perfectos con sus habitantes perfectos, pero el hombre evolutivo debe ser falible si ha de ser libre. La inteligencia libre e inexperta no puede de ninguna manera, al principio, ser uniformemente sabia. La posibilidad de un juicio erróneo (el mal) se convierte en pecado sólo cuando la voluntad humana apoya conscientemente y adopta a sabiendas un juicio deliberadamente inmoral."52
Las cosas materiales y espirituales no se nos dan en forma gratuita, cada uno de nosotros debe aportar lo necesario para el crecimiento espiritual personal y para la evolución del planeta, porque "la experiencia personal religiosa espiritual, resuelve eficazmente la mayoria de las dificultades mortales; es un clasificador eficaz, un evaluador y ajustador de todos los problemas. La religión no elimina ni destruye los problemas humanos, pero los disuelve, los absorbe, los ilumina y los trasciende. La verdadera religión unifica la personalidad para un ajuste efectivo a todos los requisitos mortales. La comprensión progresiva de la realidad es el equivalente de acercarse a Dios. Encontrar a Dios, la conciencia de la identidad con la realidad, es el equivalente de experimentar el yo completo —el yo entero, el yo total. La experiencia de la realidad total es la realización plena de Dios, la finalidad de la experiencia conocedora de Dios.2094"
No permitamos que el temor nos invada, ni que la impaciencia destruya nuestra esperanza, porque somos nosotros quienes debemos transitar por el nuevo Camino, pues "el desafío religioso de esta era pertenece a aquellos hombres y mujeres visionarios, progresistas y con discernimiento espiritual que se atrevan a construir una nueva y atrayente filosofía de la vida, a partir de los ampliados y exquisitamente integrados conceptos modernos de verdad cósmica, belleza universal y bondad divina. Tal visión nueva y recta de la moralidad atraerá todo lo que es bueno en la mente del hombre y estimulará todo lo mejor del alma humana. La verdad, la belleza y la bondad son realidades divinas, y a medida que el hombre asciende la escala de vivir espiritualmente, estas cualidades supremas del Eterno se hacen cada vez más coordinadas y unificadas en Dios, que es amor.43"pero para que ésto se haga realidad, es preciso que nosotros despertemos nuestra conciencia y nos unamos a nuestro Espíritu residente, para que el amor no sea una palabra, sino una vivencia, que se vea reflejada en todos nuestros actos y actitudes.
yolanda silva solano