"¡Cuántos creyentes se plantean, acerca de la voluntad de Dios, preguntas verdaderamente ingenuas! Imaginan que Él tiene una voluntad en particular que les implica: el lugar donde deben habitar, la profesión que deben ejercer… ¿Quiere Él que se casen, que tengan hijos o que se queden solteros para consagrarse a Él?... ¿Les pide que apoyen, o por el contrario luchen contra tal o cual persona?... En realidad la voluntad de Dios no es, para cada uno, relativa a una cuestión particular. Dios sólo quiere que el hombre estudie para comprender sus leyes, que son las leyes de la vida, y que se esfuerce después en ponerlas en práctica.
Ciertamente, cada persona está personalmente implicada por la voluntad de Dios, pero sólo conocerá lo que Dios espera de ella después de haber estudiado la voluntad divina en su principio.
Sólo aquél que comienza armonizándose con la voluntad divina como principio de sabiduría y de amor, puede conocer verdaderamente lo que Dios espera de él."
Omraam Mikhaël Aïvanhov
|