"¡Cuántos creyentes se plantean, acerca de la voluntad de Dios, preguntas verdaderamente ingenuas! Imaginan que Él, tiene una voluntad en particular que les implica: El lugar donde deben habitar, la profesión que deben ejercer… ¿Quiere Él que se casen, que tengan hijos o que se queden solteros para consagrarse a Él?... ¿Les pide que apoyen; o por el contrario, luchen contra tal o cual persona?... En realidad, la voluntad de Dios no es; para cada uno, relativa a una cuestión particular. Dios sólo quiere que la persona estudie para comprender sus leyes; que son las leyes de la vida, y que se esfuerce después en ponerlas en práctica.
Ciertamente, cada persona está personalmente implicada por la voluntad de Dios; pero sólo conocerá lo que Dios espera de ella, después de haber estudiado la voluntad Divina en su principio. Sólo aquél que comienza armonizándose con la voluntad Divina; como principio de sabiduría y de amor, puede conocer verdaderamente lo que Dios espera de él."