“Los ángeles no tienen cuerpos materiales, pero son seres definidos y discretos, son de naturaleza y origen espirituales. Aunque invisibles a los mortales os comprenden como sois en la carne, sin ayuda de transformadores ni de traductores. Comprenden intelectualmente la modalidad de la vida mortal y comparten todas las emociones y sentimientos no sensuales del hombre. Aprecian y disfrutan grandemente vuestros esfuerzos en el campo de la música, el arte y el humorismo auténtico. Conocen plenamente vuestras luchas morales y dificultades espirituales. Aman a los seres humanos y al querer comprenderlos y amarlos sólo puede desprenderse el bien” 419. Sin embargo no debemos seguir la gran tendencia de invocar a los ángeles y serafines pensando que su compañía nos solucionará todos los problemas, porque no es así, porque "en la vida de la carne, la inteligencia de los ángeles, no está directamente disponible para los hombres mortales. No son dueños, ni directores, son simplemente guardianes. Los serafines os vigilan, no buscan directamente influiros, vosotros debéis trazar vuestro propio curso de acción, cuando lo habéis elegido, los ángeles entonces actúan para hacer el mejor uso posible de la decisión que habéis elegido" 1246
“Los mortales representan el último eslabón en la cadena de los seres que se llaman hijos de Dios. El toque personal del Hijo Original y Eterno, llega hacia abajo a través de una serie de personalizaciones cada vez menos divinas y cada vez más humanas, hasta llegar a reproducir un ser muy semejante a vosotros, un ser que podéis ver, oír y tocar. Entonces se os hace espiritualmente consciente de la gran verdad que vuestra fe puede aferrar y es ¡ la filiación con el Dios eterno !”. “ La identificación con el espíritu constituye el secreto de la supervivencia personal y determina el destino de la ascensión espiritual 445." "Los serafines permanecen a nuestro lado para fortalecernos e inspirarnos, pero el Camino espiritual, el cual no es fácil, no se gana con sólo las oraciones o los ruegos, es preciso que cada individuo se gane su propia sobrevivencia eterna a través de la religión del espíritu, que nos deja por siempre libres para seguir la Verdad, donde quiera que ella se encuentre. 1130"
“Los ángeles son superiores a vosotros en estado espiritual, pero no son vuestros jueces ni acusadores. Sean cuales fuesen vuestras faltas, los ángeles, aunque más grandes en poder y fuerza, no traen acusación alguna contra vosotros. Si los ángeles no emiten un juicio sobre la humanidad, tampoco los mortales deberíamos prejuzgar a nuestros congéneres 419". La naturaleza espiritual de los ángeles implica muchos poderes y supone mucha perfección en comparación con nosotros, pero ellos no conocen los secretos del juicio final, no pueden saber lo que pensamos a no ser que se lo permitamos. Tampoco conocen el futuro, por eso su ayuda es inspirada en el momento presente y en la medida que nosotros los invoquemos.
Como son tan inteligentes y poderosos, viéndonos y oyéndonos pueden hacerse una idea bastante acertada de lo que tramamos y de lo que nos espera según la ley de causa y efecto. Deducen cosas al igual que nosotros, pero a un nivel muy superior y sutil.
Cada persona tiene un Ángel Guardián desde que nace hasta que muere, sin importar si la persona es o no creyente, este ángel se dedica por completo al hombre que tiene a su cargo. Lo protege del mal, lo acompaña en sus tareas cotidianas. Lo guía a través de inspiraciones divinas y de estado de conciencia superior. Lo consuela en sus penas y todo esto...sin interrupción.
Por esto es que, Jesús nos dice que es “mediante el ministerio de los ángeles, que el mundo puede estar en contacto con otros mundos, porque acaso nos os he dicho que tengo otras ovejas que no son de este redil.? Estos ángeles no son los espías del mundo espiritual que os vigilan y luego van al Padre y le dicen los pensamientos de vuestro corazón y cuentan sobre las acciones de la carne. El Padre no necesita tal servicio porque su propio espíritu habita en vosotros. Estos espíritus angélicos funcionan para mantener informada una parte de la creación celestial sobre los acontecimientos de otras partes remotas del universo” 1841
Debemos amar a nuestro Ángel de la Guarda tal como nos lo pidió Jesús, quien nos advirtió: “tengan cuidado de despreciar a alguno de estos pequeños, pues les digo, que los ángeles en el cielo contemplan sin cesar la cara de mi Padre que está en los cielos” Mateo 18.10. “Acaso no os he dicho ya una vez que si vuestros ojos espirituales estuvieran ungidos, podríais ver los cielos que se abren y contemplar los ángeles de Dios que ascienden y descienden” 1841, ellos tienen la facultad de descender hasta los hombres y a la vez, ascender hasta Dios.
Por eso debemos recurrir a ellos en forma permanente porque son nuestros mejores aliados en nuestro camino evolutivo, cuando niños aprendimos a decirle antes de dormir: Ángel de mi Guarda, dulce compañía no me desampares ni de noche ni de día, ni en la hora de mi muerte. Amén. Ahora, que la vorágine de la vida nos envuelve y hemos perdido el candor de la inocencia, volvamos a ser niños y en forma consciente digámosle:
Ángel de mi Guarda, quiero caminar junto a ti, muéstrame el camino hacia el Padre, guía mis pasos hacia la evolución de mi alma, envuélveme bajo tu manto azul de protección, líbrame de todo mal, visible como invisible, quiero imitar tu pureza y santidad para que algún día ambos seamos perfectos como lo es nuestro Padre. Que Así Sea.
yolanda silva solano