LA MÚSICA ES EL LENGUAJE UNIVERSAL
DIOS ES SU CENTRO
LA INFINIDAD SU CIRCUNFERENCIA
De acuerdo con el acelerado ritmo de nuestra época moderna, el público
común está habituado al hecho que la música esté siendo diariamente
considerada como un factor curativo por acreditados practicantes
representativos de diferentes métodos endosados por la profesión médica.
Algunos de los hospitales más adelantados están empleando músicos
como miembros de tiempo completo de su personal regular. Esta
expansión intensamente interesante del arte de la música con respecto al
uso constructivo tiene mucho que ver con los desarrollos preparatorios
para la entrante Era Acuariana de Aire, y los científicos ocultos muchas
veces lo han anunciado. La era atómica en curso proclama un asombroso
avance en la música como medio curativo.
Los más exitosos médicos de la Nueva Era considerarán los vehículos
invisibles del hombre junto con su cuerpo físico como formando una
completa unidad, pues es sobre los vehículos internos o más finos que la
terapia musical produce sus más potentes efectos. Paracelso, el célebre
médico ocultista del siglo XVI, declaró: “El verdadero curador no busca las
causas en lo visible sino que trata de entender lo invisible”.
Toda vida es una vibración. La diferenciación se debe a una Vida Divina
vibrando en grandes variantes. Por eso, la vibración es la clave para el
secreto de ambas, salud y enfermedad, juventud y vejez, la muerte y su
última rendición a la inmortalidad. La condición fundamental que es la
base para el bienestar del hombre es la armonía. En obediencia a la Ley
de Armonía, el hombre fue hecho “a imagen y semejanza de Dios”. Si él
hubiese continuado en función de la armonía con esa ley, las
imperfecciones físicas y enfermedades habrían sido desconocidas para él.
Las tendencias del Nuevo Día apuntan a la aceptación del hombre de
esta verdad universal junto con una realización interna que está dentro de
su propio poder divino para recrear, aquí y ahora, las condiciones según el
patrón inicial. Una de las más nobles de todas las artes, la música, está a la
vanguardia de ésta la más gloriosa obra: la perfección del hombre por
medio del redespertamiento de la divinidad dentro de sí mismo.
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Traducido por el
Centro fraternal Rosacruz de Santiago,
Chile
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