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EL VISLUMBRAR DE LA ERA DE ACUARIO
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De: moriajoan  (Mensaje original) Enviado: 26/11/2011 18:54

 

“Por Qué Es Necesario Que El Espíritu Haga El Largo Peregrinaje

De Pecados Y Dolores A Través De La Materia”

 

Al principio de la manifestación, Dios diferencia dentro de Sí Mismo (No de Sí Mismo) una
multitud de potenciales inteligencias espirituales, como las chispas que emite el fuego.
Nada puede existir fuera de Dios; así que Dios dentro de Sí Mismo,
 separó ésas innumerables almas.
Tales inteligencias espirituales eran fuegos potenciales; pero no eran aún llamas, dado a que
si bien es cierto que estaban dotadas con la omniconciencia de Dios, carecían de la conciencia
de sí mismas. Pues siendo potencialmente omnipotentes como Dios; con poder estático y
consciencia Divina, les faltaba la consciencia material y
 el poder dinámico para usar dicha consciencia
en cualquier momento de acuerdo con su voluntad. Y con el objeto de que pudieran
desarrollar tales cualidades dinámicas, fue indispensable que las Chispas Divinas involucionaran
 y pasaran por la materia. Pues cada una de ellas es potencialmente Divina y contiene todos
 los poderes; al igual como la semilla tiene el poder encerrado de la planta, pero así como la
 simiente debe ser sembrada para que emerja la planta, también fue necesario que esas
Chispas Divinas se sumergieran en los mundos materiales, para aprender las lecciones
 que sólo pueden adquirirse en una vida separada como la que existe en el mundo de la materia.
Por tanto; durante la involución, dentro de la oleada de vida, cada Chispas Divina
inmortal de una misma llama; que se expande convirtiéndose primero en hombres y
luego en dioses, fue envuelta en varios cuerpos de suficiente densidad como para que
 en cada mundo o región material adquiriera conciencia por la mente. Así, el Espíritu
 interno no puede estar más en contacto con lo externo; se vuelve y se encuentra, a
 sí mismo. De tal modo que la conciencia de sí, ayude al Espíritu en su lucha para
 libertarse de su prisión por la evolución de los diversos cuerpos que posee; los cuales
al espiritualizarse se convierten, en almas. Así que; al final de la manifestación, el
 Espíritu no sólo se convertirá en una llama, sino que también habrá obtenido incontables
 experiencias en la escuela de la vida material para adquirir conciencia de sí mismo;
alcanzando colateralmente el poder anímico (Todo buen sentimiento
 materializado en actos), y una mente creadora.
Por otra parte, hay cierta tendencia en muchos a creer que todo es el resultado de algo
anterior, no dejando así lugar alguno para lo original. Los que estudian la vida hablan
sólo de involución y evolución, quienes estudian la materia; es decir, los científicos
modernos, se relacionan únicamente con la evolución, pero los más adelantados están
 empezando ahora a encontrar otro factor que han llamado epigénesis (Las ideas del
 Espíritu Humano). Desde hace muchos años se ha probado, que los órganos del embrión
 son formados mediante la inducción, del ambiente. El padre y la madre aportan materia
de sus cuerpos, para crear el cuerpo del hijo, pero cuando el Espíritu interviene; gracias
 a la epigénesis, es posible que se le agregue algo distinto y nuevo al cuerpo del niño,
 que lo hace diferente al de sus padres.
Cuando la razón (Polo positivo del éter reflector, del
cuerpo etérico) y la epigénesis no actúan o se 
 inactivan en la persona, la familia, la nación o la raza, cesa la evolución y comienza la
degeneración: Que con lentitud; pero con seguridad, destruye los cuerpos que se
cristalizan tanto que el Espíritu, no puede actuar en ellos porque no logra mejorarlos,
 como se observa en algunas personas o razas. Quien no pone su mente a trabajar y
 sólo actúa por instintos (Experiencias gravadas en la memoria del polo negativo del éter
 reflector, cuerpo etérico), limita su Espíritu, para que su fuerza activa penetre por entre
 los cuerpos, los cuales poco a poco menguan y luego se cristalizan. Órgano que no se
 utiliza, se atrofia. Durante toda la vida, la cualidad de la epigénesis está en actividad como
 el poder de poner en acción un número limitado de causas nuevas; las cuales no están
determinadas ni impuestas por nuestros actos, del pasado. Si estuviéramos totalmente
sujetos al pasado o incapaces de generar nuevas causas, nos sería imposible desarrollar
 poder creador original alguno, ni habría libre albedrío.
Aquí, viene a ayudarnos la facultad espiritual de la epigénesis; capacitándonos si así es
 nuestra voluntad, para abrirnos el paso hacia esferas de poder y actividad que sean
 provechosas para todos. La selección natural o epigénesis, es la causa del mejoramiento
 gradual de los cuerpos en los cuales funciona toda persona; al igual que el progreso
 y mejoramiento del medio, en el que vive. El genio, es la marca de toda alma avanzada;
 quien por medio de esfuerzo y el trabajo en vidas anteriores, se ha desarrollado en alguna
dirección mucho más allá que el término medio de su prójimo. El progreso no es un simple
desarrollo, ni tampoco involución y evolución. Porque hay un tercer factor que completa
 la tríada: Involución, evolución y epigénesis (El medio para inventar los mejoramientos
 o perfeccionamientos que beneficien a todos).
Desde que se le dio la mente al humano, ese impulso creador original; la epigénesis, es lo
que ha causado todo nuestro desarrollo. Ciertamente construimos sobre lo que ya ha sido
 creado, pero siempre hay además algo nuevo por la actividad del Espíritu; y es en ésa forma,
que nos convertimos en creadores. Porque si sólo imitáramos lo que ya ha sido hecho por
 Dios o por las Jerarquías Creadoras Angelicales, no nos sería nunca posible alcanzar una
mente creadora y siempre seríamos, simples imitadores. Además, cuando cometamos
 errores, puede decirse que muy frecuentemente aprendemos mucho más de nuestros errores,
 que de los éxitos. Al construir y sublimizamos nuestros éteres superiores del cuerpo físico
 etérico, también estamos transformando el mundo por epigénesis. Marchando a lo largo
 de la evolución, para liberarnos de la materia, además de que estamos espiritualizando
 los cuerpos y transformándolos en almas.
Cada persona viene a la existencia por los impulsos de su propio Espíritu; teniendo dentro de sí,
 y en estado latente, todos los poderes de su Creador incluyendo la epigénesis. Por lo que el
trabajo de cada quien consiste en despertar ésos latentes poderes en fuerzas dinámicas,
 semejantes a las de nuestro Padre Creador. Dichos inactivos poderes en toda persona
se denominan: Espíritu Divino, Espíritu de Vida y Espíritu Humano.
Pero esto no quiere decir tengamos tres espíritus. No, ello implica que todos somos un
 Espíritu Puro que poseemos dentro de sí, tres grandes fuerzas espirituales en estado
potencial. Fuerzas que puede desarrollarse a través del esfuerzo propio o con la ayuda,
de grandes seres más adelantados en el Sendero de la evolución, a través de: La
auto-observación y la rectitud en el obrar del cuerpo físico denso, lo que permite alcanzar
 el alma consciente que nutre al Espíritu Divino. Por el discernimiento y el correcto razonar
del cuerpo físico etérico (Éter reflector), por el que se obtiene el alma intelectual que
alimenta, al Espíritu de Vida. Y por la devoción y elevados sentimientos del cuerpo
astral, con el que se adquiere el alma emocional que sustenta, al Espíritu Humano.
El pecado y el sufrimiento que padecemos, son meramente el resultado de los errores
 que cometemos al desobedecer; por ignorancia o egoísmo, la Ley Cósmica. Errores
 cuya impresión en nuestra conciencia, nos obliga a actuar en otro sentido que
 encontramos mejor para uno y para los demás y más amoroso; es decir, proceder siempre en
armonía con la Naturaleza. Así que este mundo físico, es una escuela de desenvolvimiento
 y experiencias; y no un valle de lágrimas, en el que hubiéramos sido colocados por un
 caprichoso de Dios. En cada nueva encarnación, nacemos con el conocimiento o experiencias
acumuladas de todas nuestras vidas pasadas; lo que constituye, nuestra verdadera riqueza.
 Algunos de nosotros hemos asistido a esta escuela de las experiencias durante muchas
 vidas; y hemos obtenido, incontables experiencias. Quizás alcanzamos a desarrollar una
 facultad especial más que las otras, así que nos podemos convertir en especialistas en
cierta materia o labor. Un maestro, nunca puede enseñar más de lo que él ha aprendido.
Cuando se renace, se está libre de malos hábitos; y las innobles acciones que se cometan,
 son el resultado de nuestra libre voluntad.
La tendencia a repetir el mal de vidas pasadas subsiste, porque debemos aprender a obrar
con rectitud, conscientemente y por propia voluntad. Ocasionalmente, estas tendencias nos
tientan, proporcionándonos oportunidades de dominarnos a nosotros mismos e inclinarnos
hacia la virtud y la compasión; y oponernos, a la crueldad y al vicio. Pero para inducirnos
 hacia la rectitud en el obrar y ayudarnos a resistir las argucias e impulsos de la tención
 tenemos la consciencia, que es el producto de la purificación de los malos hábitos y la
expiación de los viles actos de nuestras vidas pasadas. Si escuchamos la voz de la consciencia
 y nos abstenemos del mal que nos tienta, la incitación cesa y nos liberamos de ella para
siempre al perder fuerza y poder. Si caemos de nuevo en la tentación, experimentaremos
un sufrimiento aún mucho más agudo que antes, hasta que aprendamos a vivir la Regla de
 Oro, porque el destino de los transgresores es muy duro. Y aún así, no hemos llegado todavía
 al fin; pues hacer el bien a los demás porque deseamos que ellos nos lo hagan a nosotros,
es esencialmente egoísta. A su debido tiempo, aprenderemos a hacer el bien sin mirar el
 trato de los demás; como Cristo dijo, debemos amar a nuestros enemigos.
Así como enviamos a nuestros hijos a la escuela día tras día y año tras año, para que aprendan
más y más, conforme van adelantando por los diferentes grados de la escuela hasta la
 universidad; igual hace el Espíritu como hijo del Padre, yendo a la escuela de la vida un
día tras otro. Pero en esa vida, cada día de escuela es una encarnación; y la noche de
 sueño que transcurre entre dos días de escuela, corresponde a la muerte. En una
escuela hay numerosos grados en donde los niños mayores que han asistido mucho
tiempo a la escuela, aprenden lecciones diferentes a las que asimilan los niñitos del
 jardín de infantes. Así también es la escuela de la vida, en donde hay quienes ocupan
 elevadas posiciones y están dotados de grandes facultades: Nuestros Hermanos Mayores;
y nosotros los menos preparados, que apenas asistimos a las clases inferiores. Pero
llegará un tiempo tal, en el que todos seremos tan sabios, que el más sabio que ahora
 conozcamos. Si los actos que ejecutamos son constructivos y respetuosos para con los
 derechos de los demás; entonces, en la vida futura naceremos bajo condiciones que nos
 traerán éxito y felicidad. Pero si nos dejamos llevar por nuestras pasiones sin
 consideración de los demás, o somos insolentes y descuidados, seguramente renaceremos
bajo condiciones y entre gentes que harán que nuestra vida sea un fracaso; y que nos
 acarrearán, muchas calamidades. Sin embargo, son estos fracasos; el medio por el cual
 aprenderemos dónde nos habíamos equivocado en las vidas precedentes, para saber lo
 que es necesario hacer y remediar en lo pasado. Entonces, aplicando nuestra voluntad a
la solución del problema obtendremos éxito; y la Ley de Consecuencia trabajará en
favor de nosotros en vez, de hacerlo en contra.
Por otra parte, el mundo físico es una especie de escuela modelo o un laboratorio
de experimentación para enseñarnos a trabajar correctamente en los otros mundos
 (Astral, mental y espiritual); conozcamos o no su existencia, lo que prueba la gran
sabiduría de las Jerarquías Creadores de ése plan. Si no conociéramos más que los
 mundos superiores espirituales, cometeríamos muchos errores; los cuales sólo
 se harían patentes, cuando las condiciones físicas se manifestaran ante nuestros ojos.
 Supongamos el caso de un inventor pensando en un nuevo producto: Primero lo imagina
 mentalmente; y lo ve completo en su imaginación, realizando perfectamente el trabajo
para el que está destinado. Luego lo diagrama; y al hacerlo, quizás encuentre que es
necesario modificar algo. Después de dibujarlo, siente que ha quedado satisfecho y
cree su idea viable; por lo que procede a elaborar su producto, con los materiales
 apropiados. Sin embargo, es casi seguro que habrá necesidad de hacer nuevas
modificaciones antes de que el producto pueda realizar el trabajo requerido. Puede
 hasta ser necesario variarlo totalmente al comprobarse, de que la forma como
originalmente se planificó es completamente inútil; y entonces, habría que hacer
otros nuevos y mejores diseños. Pero aquí esta lo importante: El nuevo plan se hará
 para eliminar los defectos del inútil producto original; porque si no hubiera primeramente
 probado el producto en el plano físico para evidenciar sus defectos en la ideación o
 concepción mental, la segunda y apropiada idea no se habría conocido. Esto se aplica
igualmente a todas las condiciones de la vida, en la que muchos proyectos parecen
excelentes cuando se conciben; y muchos siguen pareciendo buenos después de
 llevarlos al papel, pero cuando se experimentan en el terreno de la práctica, también
son muchos los que fracasan. Esto; sin embargo, no debe desanimarnos, pues aprendemos
 más de nuestros errores que de los éxitos. Por lo que la verdadera luz a través de
la cual debemos contemplar el mundo físico, es considerarlo como una valiosa escuela
 experimental en la que aprendemos lecciones de la mayor importancia.
Conforme una persona progresa en la escuela de la vida; gracias a las enseñanzas que
 le aporta las experiencias encaradas, sus actos (Del cuerpo físico denso), sentimientos
(Del cuerpo astral) y pensamientos (Del cuerpo mental concreto) se hacen más puros y
 mejores. Y de esta manera; por grados sucesivos, el cuerpo del alma o los éteres superiores,
 el cuerpo astral y el cuerpo mental, manifiestan el cambio correspondiente. El cuerpo
 del alma se expande e ilumina el aura de la persona, mientras que la materia pura y
 brillante del astral superior; del cuerpo astral, reemplaza los colores tenues y sombríos
 del astral inferior. El cuerpo astral crece en tamaño, siendo su transparencia luminosa
 y pura de colores incomparables e imposibles de describir.
Es necesario verlo, para poder apreciar. Colateralmente el cuerpo mental concreto se
 desarrolla significativamente; lo que a la vez permite que la cabida del Espíritu
sea más amplia, para que se manifieste mejor y más extensamente por entre sus
 cuerpos, desarrollando hábitos con ideas más elevadas del Espíritu Humano.
Por lo que entre más luz recibamos del Espíritu; por la mente, mejor visión alcanzaremos
para controlar y usar apropiadamente todos nuestros cuerpos. Sin embargo, entre más
 fracasemos en corregir nuestras acciones, derivaremos un enorme beneficio en
 juzgarnos, generando aspiraciones hacia el bien, las que a su debido tiempo se
 traducirán en rectitud de obrar. Los tres grandes objetos de evolución a través
 de la materia son: Primero, la espiritualización de la personalidad.
Segundo, el desarrollo de la voluntad para dirigir las facultades obtenidas por la experiencia;
y tercero, el desarrollo de la mente creadora, por el cual en su día
 podremos crear directa y conscientemente.
Alma: Es la quinta esencia de las experiencias adquiridas por los tres cuerpos inferiores
 del humano (Físico denso, físico etérico y el astral). Por lo que mediante la
auto-observación y la rectitud en el obrar (Del cuerpo físico denso), se alcanza
el alma consciente que nutre al Espíritu Divino. Por el discernimiento y el correcto
 razonar (Del cuerpo físico etérico), se obtiene el alma intelectual; que alimenta, al
Espíritu de Vida. Y por la devoción y elevados sentimientos (Del cuerpo astral), se
 adquiere el alma emocional, que sustenta al Espíritu Humano. Esta quinta esencia;
es gravada en la mente y empleada por el Ego, como sustento.
Amor: Se mencionan en la mayoría de las doctrinas religiosas y trascendentes, que
 la causa de la creación de todos los seres fue el Amor. Y por ello únicamente me
diante la completa emancipación por el Amor, podrá la persona elevarse más allá de
 la Ley y convertirse él mismo en una Ley. Habiéndose conquistado a sí mismo,
conquistará entonces a todo el mundo.
Por ello el verdadero aspirante espiritual; será dentro de lo posible, la perfecta
personificación del Amor, porque deberá amar a todos con un corazón puro y ferviente,
no odiará y despreciará a nadie, pues en cada rostro verá el rostro del Amado,
Dios, y en todo lo creado encontrará su huella.
Átomo Simiente: Conjunto de cuatro átomos (Físico denso, físico etérico, astral y
mental concreto), que la persona lleva de una encarnación a otra; y que son preservados
tras la desintegración de los cuerpos en el Espíritu Humano (La Mente Causal),
antes de comenzar una nueva reencarnación. La finalidad de tales átomos es; en cada
 vida, de servir de núcleo a los cuerpos, preservando dentro de sí mismos como
poderes vibratorios los resultados de todas las experiencias pasadas para incorporarlas
 como tendencias, en los futuros cuerpos de la nueva encarnación.
Auto-observación: Consiste en el empleo de los sentidos como medio de obtener
informaciones correctas, respecto de los fenómenos que ocurren a nuestro alrededor,
 viendo las cosas con claros y definidos contornos y en detalle. La auto-observación y
 la acción correcta generan lo que se denomina el Alma Consciente.
Conciencia: Cualidad del Ego para reconocerse, cuando experimenta, percibe y
 valora los objetos, imágenes y sensaciones del medio ambiente, que le
son transmitidas por los sentidos y el cerebro.
Cuerpo Del Alma: El cuerpo del alma, es uno de los vehículos o cuerpos del Ego.
Está compuesto de los dos éteres superiores del cuerpo etérico; es decir, del éter
 luminoso y el reflector. El cuerpo del alma se construye por medio de una vida de
amor y servicio a favor de la humanidad. Semejante vida no solamente atrae y purifica
una gran parte de los éteres superiores, sino que con el tiempo también tiene como
efecto el que se produzca una división entre ellos y los dos éteres inferiores.
Después de haberse producido esta división; el cuerpo del alma se ha
separado, para ser empleado en los vuelos del alma.
Espiritual: Referente al Espíritu o al Ego.
Devoción: La facultad de la emoción que nos permite aspirar a elevados ideales. El
cultivo de la devoción es esencial; pues subyuga los sentimientos de la naturaleza
inferior y desarrolla, el Alma Emocional.
Discernimiento: La facultad del entendimiento que nos permite distinguir entre
 lo esencial y lo sin importancia, separando lo real de lo ilusorio, lo duradero de lo
efímero, lo verdadero de lo falso. El discernimiento general; y el alma intelectual,
 dan a la persona el primer impulso hacia la vida superior y el Alma Intelectual.
Pensamientos: Acción del cuerpo mental concreto o de la mente.
Sentimientos: Acción del cuerpo astral.   
 
Interpretaciones de las enseñanzas de

 Max Heindel, Filosofía Rosacruz.

 

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FIAT LUX
AMONRA CHILE UNA LUZ EN VUESTRO CAMINO.
SANTIAGO DE CHILE. JUNIO 2011-2012
FELILUXOR
FE Y FELICIDAD EN LA LUZ DE ORO
UNA LUZ EN VUESTRO CAMINO.
A MIS PADRES Y HERMANOS
QUE ESTÁN EN LOS CIELOS Y EN LA TIERRA.
POR UNA ALIANZA FORTALECIDA EN LA CONSERVACIÓN A LO QUE

 NUESTRO PADRE DE LOS MUNDOS NOS HA DADO COMO

 HERENCIA KARMICA TRABAJANDO EN COMUNIDAD

 POR LA CONTINUIDAD DE LA VIDA

 

 

 
 
 
 



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