Érase una vez un rey, que a causa de violentas guerras fratricidas, perdió hasta
el último de sus soldados. No le quedaron más que dos sirvientes. Un día, los
vándalos llegaron a las puertas de la ciudad con la intención de sitiar durante
meses el palacio y obligar al rey a abdicar.
Pero el rey ordenó a sus dos sirvientes que abrieran todas las puertas y ventanas,
y acto seguido se instaló en la galería a fin de observar la llegada de los
invasores. Mientras él se abanicaba indolentemente, les vio avanzar hasta la
escalinata de palacio.
Su serenidad perturbó a los vándalos, que pensaron que les aguardaba una trampa
mortal en el interior del palacio. Así que en vez de cercar el palacio, el comandante
ordenó la retirada de su ejército.Entonces dijo el rey: - Ved, los vándalos que son
el terror, tienen miedo al vacío-
En la adversidad, debemos mantener la menta clara y no perder la esperanza..