La conducta espiritual es una forma de vivir conforme a los ciclos evolutivos que el universo y la Divinidad van diseñando para vosotros, sin oponer resistencia ni intentar justificar vuestros errores. El error es un dispositivo de crecimiento espiritual muy constructivo que abre los canales para que la guía y la gracia divina desciendan sobre vosotros. No debéis olvidar que siempre estáis bajo una exhaustiva supervisión por parte de las esferas de luz, donde lo más importante es ser honesto y sincero con uno mismo para serlo también con los demás. Todos buscáis la felicidad y la paz interior, pero si no estáis vibrando en la tesitura de la conducta espiritual no podréis conseguirlo. Todo es una cuestión de establecer qué buscáis, hacia dónde queréis ir y qué esperáis de la vida y la evolución. Hay muchas personas dentro del ámbito de la espiritualidad que aparentemente buscan el crecimiento interior, pero no son conscientes de los deseos subconscientes que están clandestinamente pulsando su vida. Recordad que el monitor interior o Ser Esencial es consciente de todo lo que sucede en vuestra vida a nivel consciente a inconsciente.
Para interactuar con los demás desde la fraternidad, la compasión y la solidaridad tenéis que hacerlo desde la actitud terapéutica de ser consciente de vuestras limitaciones y deseos que enturbian vuestra percepción correcta de la realidad. La conducta espiritual se expresa cuando vuestros pensamientos están centrados en disolver las sombras del ego que bloquean y distorsionan la conexión con la Fuente Divina y con vuestro Ser Esencial. Cuando os hayáis despojado de los deseos que nada tienen que ver con la transformación y crecimiento espiritual, comenzaréis a sentir y comprender cómo la conducta espiritual es la herramienta de conexión y comunicación con el plan divino de la evolución. Para esto tenéis que trascender el plano mental e intelectual en el que estáis atrapados y que os desconecta del flujo cósmico de la evolución y de vuestra Expresión Divina. La conducta espiritual se activa cuando revisáis vuestros hábitos y tendencias perniciosas para incorporar los conceptos y los valores espirituales universales del servicio desinteresado, el espíritu fraternal y solidario hacia los demás y la compasión hacia todos los seres vivos. La conducta espiritual es un estado de conciencia en el que se comprende la esencia espiritual de todo lo que existe independientemente de la forma externa. Es un sentimiento de gratitud hacia la vida y el Creador que incesantemente nos acompaña respetando nuestro libre albedrío y poder de elección.
La conducta espiritual se fundamenta en los parámetros del pensamiento divino que incesantemente busca la reconexión y cooperación con el plan cósmico de la evolución; en el sentimiento bondadoso y puro de modificar aquellos aspectos de vuestra vida que bloquean vuestra percepción y discernimiento de la vida y la evolución; en el deseo sincero y humilde de aceptar vuestras limitaciones y condicionamientos que generan conflicto y confusión en vuestra vida. Si vuestra conducta espiritual no se basa en la transformación personal, no podréis integrar los valores espirituales de los grandes maestros y os estancaréis en las proyecciones egocéntricas. Los verdaderos guerreros espirituales no temen el enfrentamiento, porque saben que es el crisol para templar y transmutar las sombras del ego que interfieren y bloquean su visión y percepción espiritual. La conducta espiritual es estar dispuesto a disolver todo vestigio de egocentrismo, hipocresía, fraude y manipulación de la verdad y de todo lo relacionado con ella.
La conducta espiritual es la guía divina que nutre, protege e impulsa la luz de vuestro Ser Esencial, impregnando cada pensamiento, palabra, sentimiento y acción con sabiduría, compasión, armonía y amor. Estos atributos divinos son parte de vuestra esencia divina, pero están eclipsados por las sombras del ego. ¿Cuáles son las sombras del ego? Toda actitud, concepto, hábito, pensamiento y acción que fomenta disociación, conflicto, manipulación, discordia y sufrimiento. No es fácil detectar y ser consciente de las sombras del ego debido a que actúan desde la inconsciencia, el fraude, la hipocresía y el autoengaño. La finalidad de todo proceso de crecimiento espiritual es detectar y disolver esas sombras que implacablemente os hostigan, extrayendo vuestra energía vital y desconectándoos del flujo de luz divino. Los maestros del pasado exhibieron la conducta espiritual no como un don especial que se les otorgó, sino como parte de su trabajo personal y compromiso con la vida y la evolución cósmica. Es normal que una persona sensible sienta atracción y elogie la conducta de los grandes maestros, pero además debe aspirar y utilizar las herramientas necesarias para integrarla en su vida. A veces os estancáis en la apreciación de la conducta espiritual de los maestros, obviando vuestra responsabilidad para seguir sus pasos.
Todos los mensajes que os transmitimos es con la finalidad de fomentar la alquimia espiritual en vuestra vida, y esto implica integrar la conducta espiritual para que el universo y las altas esferas os reconozcan y ayuden en vuestra evolución. Las informaciones y pautas de acción son las herramientas que podéis utilizar para ir creando un espacio interior de luz que irradie alerta, sensibilidad, discernimiento y disolución de las sombras que eclipsan la conexión y comunicación con Dios y con vuestro Ser Esencial. La síntesis de la conducta espiritual es:
-Sentir la luz de vuestro Ser Divino que os impele a diluir las sombras que, como depredadores enmascarados, os desconectan de Dios y os despojan del discernimiento para detectarlas.
El sendero es largo y tortuoso, pero si solicitáis guía y ayuda a las esferas de luz se os entregarán las claves y las herramientas para iluminaros y recuperar vuestro estatus inmortal y divino.