El Padre se ha manifestado en Jesús, de manera total y definitiva. La misericordia, la generosidad, la compasión, el amor y todos los sentimientos de Jesús, son los sentimientos del Padre. La comunión entre el Padre y el Hijo tiende a prolongarse en todos los creyentes, en toda la humanidad.
La fe es camino, un camino con horizonte que conduce al Padre. La fe es no estancarse, es avanzar, renovarse, crecer, construir, compartir, vivir abiertos al futuro. “La fe es un movimiento que se adueña de la vida del ser humano y la convierte en una marcha permanente” (Blank).