Muy cercanos al inicio del año nuevo, al Creador de la naturaleza y del hombre, de la verdad y la belleza, suplico humildemente:
Escucha mi voz, pues es la voz de las víctimas de todas las guerras y de la violencia entre individuos y las naciones.
Escucha mi voz, pues es la voz de todos los niños que sufren y sufrirán cuando las gentes pongan su fe en las armas y en la guerra
Escucha mi voz cuando te ruego que infundas en el corazón de todos los hombres la sabiduría de la paz, la fuerza de la justicia y la alegría de la confraternidad.
Escucha mi voz, pues hablo por las multitudes de todos los países y de todos los períodos de la historia que no quieren la guerra y están preparados a caminar por sendas de paz.
Escucha mi voz y concédenos discernimiento y fortaleza para que podamos responder siempre al odio con amor, a la injusticia con la dedicación total a la justicia, a la necesidad compartiendo de lo propio, a la guerra con la paz.
¡Oh Dios! Escucha mi voz y concede en todo el mundo tu eterna paz. Te lo pido en nombre de nuestro hermano y salvador Cristo Jesús que murió en la cruz por la salvación del mundo.
Amén.