Todos creen ens su propia forma de religión, ¿no
es así? Y, como tal, sus propias formas de religión deben ser respetadas. Pero cada
uno tiene una oportunidad, una nueva oportunidad y otra oportunidad, después
de eso. Esto se está yendo de nuestro asunto, no obstante. Necesitamos disciplina
espiritual, y una religión es una cosa útil para inculcar disciplina espiritual
siempre que los conductores religiosos no estén luchando entre sí. Todas las
religiones actuales caen en eso y así todas las religiones presentes en la Tierra,
dentro de poco, pasarán como sombras desvaneciéndose en la noche, y una
religión nueva surgirá en la Tierra que ayudará a sacar a la gente de la
oscuridad y la miseria en que se hallan ahora sumergidas. Pero no es todavía
el momento. La Batalla Final no ha llegado aún: hace falta más sufrimiento,
más disturbios en ésta, la Edad de Kali, disturbios provocados por la guerra
de 1914 a 1918, cuando las mujeres desertaron de sus hogares y de sus hijos,
y abandonaron esos hijos que corrieron salvajemente por las calles. Si se tiene
una huerta maravillosamente cuidada, a' la cual se ha prodigado extremo
cuidado e infinito gasto y repentinamente se la priva de todo celo, todo
pierde calidad. La fruta ya no tiene el florecimiento y la plenitud del cuidado
constante y se vuelve ajada y amarga. La gente se está volviendo como eso;
ahora es de calidad inferior y dentro de poco tendrá que sufrir un nuevo
proceso de mejoramiento y nueva sangre es traída a la Tierra. Pero primero
habrá más sufrimiento. Primero el mundo entero será absorbido por una
forma de comunismo; no el comunismo de China donde hasta los relojes y los
coches parecen que son impulsados y andan por los pensamientos ilustres
del presidente Mao Tse-Tung y donde, aparentemente, si alguna persona
tiene alguna obstrucción interna le basta pensar en el viejo Mao Tse-Tung
y se produce tal perturbación que todo es expulsado inmediatamente. Así la
Tierra sufrirá enfermedad, la Tierra pasará malos tiempos, enfrentémolos
francamente. Todo será sumergido en esta forma de
comunismo; cada uno tendrá un
número y podrán aun perder sus nombres e identidades. Todas estas huelgas van
a descubrir el precio de las cosas fuera de existencia. Los gremios están adquiriendo
cada vez más poder y, con el tiempo, ellos formarán sus ejércitos privados de
obreros que los seguirán como borregos, con lo cual se dará un paso importante
hacia la ruina de la Tierra. Con el tiempo los señores de la prensa, al igual
que los barones ladrones de antaño, movilizarán sus ejércitos privados
de sus trabajadores e irán aún más profundamente en sus ataques contra
la gente, ataques que son tan difíciles de contrarrestar porque el más mezquino
de los periodistas tiene acceso a las columnas de los diarios, y la persona
atacada no puede hacerse justicia ni desagravio. Esto no es equitativo; esto
no es limpio. Y éste es el tipo de persona infrahumana que rige los destinos
de la Tierra ahora llevándola cada vez más bajo. Hasta que, habiendo tocado
sin necesidad lo más profundo en ésta, la Edad de Kali, el indomable espíritu
que existe en algunos se estremecerá con el choque y la vergüenza de lo que
ha caído sobre la Tierra, y el espíritu se rebelará y reaccionará, lo cual hará
posible que la Tierra y los habitantes de ella se levanten nuevamente. Pero
puede ser necesario que la gente del espacio, los Jardineros de la Tierra, vengan
y ayuden. Esta es la Edad del crimen. Un gran líder religioso, Martin Luther
King, fue asesinado. Era bueno y tenía mucho para dar a esta Tierra. En
cuanto a los otros, bueno, ellos eran sólo políticos y (no está en mi ánimo
echar tierra sobre nadie), la historia probará que eran enanos elevados
a la estatura de gigantes por el poder de seducción de sus máquinas
propagandísticas, máquinas que lanzaban cantidades de aire caliente viciado
y hacían aparecer enanos como gigantes, de la misma manera que se puede
tomar un soldado de juguete y, colocándole una luz detrás, hacer proyectar
su sombra sobre la pared en tamaño colosal. Pero aquí, también, la sombra
del soldado de juguete es solamente sombra, algo sin esencia, algo que pronto
será olvidado. Martin Luther King no fue una so-mbra: era un hombre
bueno que trabajaba por los bue-nos, no sólo por la gente
de color, sino también por la de cualquier color que
pisa la tierra. Pues, persiguiendo negros, o pardos, o rojos o amarillos, la
gente blanca se está atrayendo una terrible cantidad de Karma sobre sí
mismos individual y colectivamente y cualquier cosa que se esté haciendo
contra la gente de color tendrá que ser expiado con sufrimiento, trabajo
y humillación. Todavía estaríamos a tiempo para salvar esta Tierra de su
degradación, de su vergüenza con sólo lograr el retorno de las mujeres a
sus hogares para que cuidaran de sus hijos y de su educación adecuada
porque es la falta de educación lo que hace que los asesinos incurran en
su innoble acción. Es la falta de educación lo que permite que se produzcan
las persecuciones raciales, el pillaje y la violación. Esto no era común antes,
cuando la mujer gozaba del nivel más elevado en el hogar, cuando ocupaba el
supremo lugar de honor como Madre de familia. Sería mucho mejor si el
criterio para juzgar a las mujeres pudiera concretarse en: ¿Cómo se comportan
sus hijos? ¿Está satisfecho su marido? ¿Esta mujer es útil a la sociedad? ¿Constituye
un ejemplo para otros? Si ello fuera positivo, entonces sería uña mujer de la cual
se podría estar orgulloso. Pero ahora, triste es decirlo, una mujer es juzgada
por el desarrollo de sus senos, su mayor o menor turgencia, cómo son de accesibles
y los maridos que haya tenido. El sexo es una cosa maravillosa, pero esto no
es sexo. La gente que se dedica a este tipo de cosas es inmadura, nada
conoce del AMOR sino que sólo sabe sobre los aspectos más funcionales de
la procreación y, además, resulta bastante interesante saber que la mayoría
de estas reinas del sexo son tan impotentes como un eunuco que ha sido
tratado dos veces por error. Si todos nosotros pudiéramos elevar una súplica
para que un Gran Guía viniera a la Tierra y ayudara a despejar toda esta
confusión, el Gran Guía no vendría con flamígera espada y huestes en orden
de batalla, porque las guerras jamás dejaron nada, salvo miseria y trastorno.
No son necesarias esas, cosas. El camino de la paz es el mejor y el mejor camino
para, lograr la paz es el retorno de las mujeres a sus hogares para
inculcar aecencia a los varones de la familia. Ellas
son capaces de hacerlo, vosotros lo sabéis. Recordad el viejo adagio: "Una
mujer buena es muy buena, pero una mujer mala es peor que cualquier hombre
malo que jamás haya existido, cualquiera sea su maldad."
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