Quizás la palabra más difícil de definir sea AMOR y sin embargo meditando
sobre ella se llega a sentir porque lo tenemos constantemente dentro de nosotros
mismos, aunque no lo manifestamos como deberíamos. Desde que estoy en el
sendero del ocultismo me doy cada día más cuenta de que es un camino recto
hacia el amor y hacia Dios porque después de satisfacer la mente se
satisface el corazón, me doy cuenta de que simplemente con la repetición
de estas enseñanzas sobre el cuerpo vital forman un hábito y éste un carácter
¿Qué carácter podemos formar con las enseñanzas ? de amor,
pero no sólo podemos sacarlo de nuestro interior sino de todas partes porque,
decimos en El Servicio del Templo “Dios es amor, si estamos en Amor estamos
en Dios y Dios en nosotros”. ¿Qué es estar en amor? Es pureza de
conciencia, de vida y de corazón; es estar constantemente con el
pensamiento en Dios, con una fuerte voluntad sintiéndole con nosotros.
Es difícil conseguir esto pero sabemos que el fracasado es el que
no lo intenta una y otra vez. Decimos, “El amor es inagotable”, lo que
significa que el amor no tiene límites ni en Dios ni en nosotros
que somos sus hijos, podemos estar dando amor constantemente,
Francisco de Asís lo practicaba así, con toda la naturaleza, y Santa
Teresa decía que Dios se encuentra incluso entre las cacerolas, es
decir, se puede estar con Dios o dando amor en
cualquier parte y hagamos lo que hagamos.
Una vez meditando sobre esto me puse a imaginar y me di cuenta de
que desde el dar la mano a alguien con amor, escribir una carta pero con
el sentimiento de amor para que llegue al destinatario, al hablar con las
personas, trabajando para Dios y cualquier otra cosa que hagamos en el
mundo como crear formas de pensamiento, de amor, bondad, humildad,
etc. que siempre llegan a despertar esos sentimientos en los demás, lo
podemos hacer con amor. Así que el amor es inagotable y en nosotros
tenemos una fuente de amor que no sabemos dónde gastarlo.
No acaba aquí el amor u oración, hay, y siempre ha habido, oraciones como
ayuda para el desarrollo del hombre y, por supuesto, esa ayuda dependerá
del sentimiento que se ponga en ella ¿Qué oración deberíamos practicar, la
de pedir? No, dentro de lo posible, porque ni los maestros usan sus poderes
para ayudarse ellos mismos. Podemos pedir ayuda, pero ¿no es mejor
conformarnos con nuestro destino que anteriormente hemos creado, elevarnos
por el amor, y pedir solamente amor y medios para poder servir y ser útil
en el Plan de Dios? Pienso que sí, Cristo-Jesús dijo: “Buscad el reino de
Dios y todo lo demás e os dará por añadidura”. Tenemos oraciones maravillosas
como son la Oración Rosacruz o la de San Francisco de Asís, donde pedimos
ser instrumentos de paz y de servicio en la tierra, y otras muchas más, pero
¿Qué son las oraciones sino un medio de estar en contacto directo con
Dios? Y ¿Qué es esto sino amor? Por medio de la oración constante estamos
unidos a Dios por amor, todos los santos han practicado esto desde siempre,
sentirse envueltos de la Luz de Dios, sentir a Cristo como guía en su
sendero, hacer todo lo que hagamos con amor.
La oración es estar atentos a las cosas de Dios, con un sentimiento amoroso
a Dios y al prójimo, es acortar el camino entre nosotros y Él, es unirnos
íntimamente a Él y Él a nosotros, es agradecer, es amar, es avivar la llama
del amor en nuestro interior para que haya una unión perfecta. La oración
nos lleva a Dios y Dios nos llena de amor para ser perfectos
instrumentos aquí en la tierra.
Así vemos como por medio de la oración constante y el conocimiento de
las enseñanzas ocultas tenemos la gran oportunidad de adelantar en el
sendero. Hemos tenido un pequeño vislumbre de la Luz (cosa que otros
no) Dejemos que nos alumbre, y junto con la voluntad y el sacrificio,
esforcémonos por ser verdaderos sirvientes de Dios, fieles cooperadores de
Cristo para ayudarle y liberarle de todos los sufrimientos que le causamos
día a día. Hemos vista la cima de la montaña aún muy lejana y sabemos
que el camino es muy duro y con muchos impedimentos que nos harán caer,
pero esas caídas nos fortalecerán (siempre que lo intentemos una y otra
vez) para llegar a esa meta, una vez allí y incluso desde ahora mismo, podemos
ayudar a nuestros hermanos que no han visto ni esa pequeña Luz
que hemos visto nosotros.
Podremos ser guías de nuestros hermanos y ayudarlos a cargar su cruz pero
ahora debemos cargar con la nuestra hasta hacernos libres y fieles discípulos
de Cristo. Cristo dijo que llegaríamos a ser como Él y mayores aún,
comencémos a imitarle porque Cristo siempre estaba en oración y oración
es amor y amor de Dios, y si estamos en Dios, Dios está en nosotros.