Una planta puede ser de gran belleza, pero si no está enterrada en la tierra, no puede brotar ni mucho menos dar flores. Lo mismo ocurre con nuestra alma, porque ella es "una adquisición experiencial, pues a medida que la criatura mortal elige hacer la voluntad del Padre, el Espìritu residente se vuelve parte de una nueva realidad de la experiencia humana. 8" pues la mente más el espíritu son la tierra donde toma vida nuestra alma, porque "la personalidad humana se identifica con la mente y el espíritu, vinculados en enlace funcional por la vida en un cuerpo material. Este enlace funcional de mente y espíritu no da como resultado una combinación de las cualidades o atributos de la mente y del espíritu, sino más bien da un valor universal enteramente nuevo, original y único de perduración potencialmente eterna: el alma.1218"
El alma sólo potencialmente es eterna, pues " el alma moroncial es hija del universo y tan sólo se la puede llegar a conocer a través del discernimiento cósmico y del descubrimiento espiritual.1215" Es el ser humano quien le da vida al alma, con la ayuda del Espíritu, quien a su vez necesita de la mente para existir, pues "el espíritu divino que reside en la mente del hombre, es inmortal y prepersonal. No es una personalidad, aun cuando esté destinado a volverse parte de la Personalidad de la criatura mortal sobreviviente.8"
Pero ninguna relación entre el Espíritu y el alma son posibles sin la intervención de la mente, pues ella es " la arena en la cual viven las personalidades humanas, tienen autoconciencia, toman decisiones, eligen a Dios o lo abandonan, se eternizan o se destruyen a sí mismos. La evolución material te ha proveído con una máquina vital, tu cuerpo; el Padre mismo te ha dotado de la realidad espiritual más pura conocida en el universo, tu Ajustador del Pensamiento. Pero en tus manos, sujeta a tu libre albedrío, se te ha dado la mente, y es por la mente por la que vives o mueres. Es dentro de la mente y con la mente que tomas esas decisiones morales que te permiten alcanzar semejanza con el Espíritu residente, que es semejanza con Dios. La mente mortal es un sistema temporal de intelecto prestado a los seres humanos para uso durante una vida material, y según usen esta mente, estarán o aceptando o rechazando el potencial de la existencia eterna. 1216"
“Tal como la evolución de la mente, depende y se demora por el desarrollo lento de las condiciones físicas, asimismo, el progreso espiritual depende de la expansión mental y el retraso mental lo retarda indefectiblemente. Pero, lo anterior no supone que la evolución espiritual dependa de la enseñanza, la cultura y la sabiduría. El alma puede evolucionar a pesar de la cultura mental, pero no sin la capacidad mental y el deseo y la elección de la supervivencia y la decisión de lograr la perfección en creciente escala de hacer la voluntad del Padre celestial. 740" Si tuviésemos más conciencia de lo que es nuestra mente, si nos diéramos cuenta que sin ella no hay evolución ni espiritualidad posible, nos preocuparíamos más de mantenerla limpia de todo pensamiento o emoción negativa, pues "aunque la mente no es de evolución física, depende por completo de la capacidad cerebral, siendo conferida ésta por el desarrollo puramente físico y evolutivo, 670" como podemos ver "el suelo del alma en desarrollo es humano y material, pero el destino de esta criatura, combinada de mente y espíritu, es espiritual y divino.1737"
Somos un todo indivisible porque "la personalidad humana se identifica con la mente y el espíritu, vinculados en enlace funcional por la vida en un cuerpo material.1218" por tanto nada de lo que nos ocurre en nuestra vida cotidiana, nos puede parecer sin importancia, pues son nuestras decisiones volitivas las que realmente nos pueden llevar a ganarnos la sobrevivencia eterna. Nuestra mente no sólo debe estar limpia de los rencores y de todo lo negativo, sino que también debemos estar continuamente vaciádola de pensamientos y recuerdos, de la misma forma que lo hacemos en nuestro PC cuando con un clic vaciamos los elementos eliminados que ya no nos sirven, para darle más espacio al disco duro. Esa misma limpieza requiere nuestro cerebro, porque si está atiborrado de cosas inútiles o sin importancia, no tendremos la capacidad de lograr extraer los verdaderos significados de nuestras acciones, que son los que le dan el valor agregado de herencia eterna, pues nuestro "Espíritu residente, sólo recordará para tí, aquellos recuerdos y experiencias que son parte de tu carrera universal y que son esenciales para ésta. Pero mucho de tu vida pasada y sus recuerdos, que no han tenido significado espiritual, perecerán con tu cerebro material, como antiguos andamios que habiéndote ayudado a pasar al nivel moroncial, ya no tienen un propósito en el universo.1135"
Recordemos constantemente que nuestro destino eterno comienza Aquí y que nuestra espiritualidad debe estar acentada en la tierra firme de nuestras experiencias comunes y corrientes de nuestra vida diaria, porque "no es tanto lo que la mente comprende, sino más bien lo que desea comprender, aquello que asegura la supervivencia; no es tanto cómo es la mente, sino cómo está tratando de ser la mente, lo que constituye la identificación espiritual. No es tanto que el hombre esté consciente de Dios cuanto que el hombre anhele a Dios lo que resulta en la ascensión en el universo. Lo que eres hoy no es tan importante como lo que llegues a ser día a día y en la eternidad. 1217"
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