"La espiritualidad no consiste en vagas aspiraciones. El verdadero espiritualista empieza por edificar en su alma un altar para el Señor, nunca cesa de mantener en él una llama. A este altar, debe subir cada día con la conciencia de que entra en la presencia divina, y entonces, solamente ahí, sabe lo que debe pedir. Mientras te dirijas al Señor para que satisfaga tus deseos personales, significa que todavía no has entrado en su presencia. El día que entres en la presencia del Señor, solamente podrás pedir una cosa: que te llene con su luz. Pero en realidad, sientes que no tienes nada que pedir desde el momento que entras en presencia del Señor, su luz te invade, y cuando desciendes, esta luz te habita aún mucho tiempo. " Omraam Mikhaël Aïvanhov
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