Este escrito nace de la inquietud por profundizar en la búsqueda de la
Verdad, y del deseo de mantener la Fraternidad Rosacruz que Max Heindel
fundó hace casi un siglo como una herramienta flexible y útil a los
propósitos para los que fue creada. Diseminar las Enseñanzas y curar al
enfermo son los dos objetivos de la misma, abiertamente expresados desde
el principio.
Deseo aclarar que cualquier afirmación sobre la filosofía rosacruz en
este escrito es fruto exclusivo de mi personal comprensión de la misma, y
no pretende ser equivalente a la propia filosofía rosacruz (que excede con
mucho a mi capacidad de comprensión intelectual), ni verdad asentada u
ortodoxia que excluya a otras verdades. Ruego al lector(a) tome mis
palabras como reflexiones en voz alta, reflexiones que desean ser
compartidas y salir así del círculo del “yo” al mucho más fecundo círculo
del “nosotros”.
No resulta fácil despachar en unas pocas palabras la naturaleza de
esta Asociación Internacional de Cristianos Místicos, como tampoco resulta
sencillo reducir a unas pocas frases la filosofía que la inspira, ni las
experiencias colectivas de este primer siglo de historia que en unos meses
dará paso al segundo. Por este motivo, las referencias a nuestra naturaleza
quedaron plasmadas en diferentes lugares de la literatura rosacruz.
Encontramos en dichos pasajes que la Fraternidad Rosacruz se concibió
como una Escuela Preparatoria de la Orden Rosacruz. En otros pasajes, se
la define como Escuela de Pensamiento. El contenido de este mensaje
recibe indistintamente la denominación de filosofía y de enseñanzas, reflejo
de la transmisión esotérica del mensaje y de su apelación enérgica a la
razón, a la experimentación y a la responsabilidad individual; en definitiva,
al Yo Superior de cada individuo.
Inicialmente, se concibió un movimiento con las menores normas y
el mayor grado de libertad de los miembros. Posteriormente, sin renegar de
lo anterior, se hizo necesario disponer de una Sede para organizar el trabajo
de la manera más eficiente, así como constituir la Asociación bajo las leyes
del país, es este caso el Estado de California, EEUU.
Para muchos de nosotros, con estos antecedentes de sobra conocidos
por cualquier estudiante de la filosofía rosacruz, resultó chocante leer en
algún momento la expresión “Iglesia no sectaria”, con la que legalmente
nos denominamos como asociación. Todos nos vemos reflejados en el
aspecto no sectario, mas ¿cómo es que nos denominamos Iglesia? En vano
he buscado esta definición en los libros de la Fraternidad. Nos sentimos en
armonía con el propósito último de las iglesias, y compartimos un número
de aspectos con ellas, referentes al desarrollo de la naturaleza devocional,
por ejemplo. El espíritu de pugna o descalificación de las mismas no tiene
cabida en el ideario rosacruz. Muchos miembros de la Fraternidad
participan activamente en diferentes iglesias cristianas. Aún así, lo que