CUARTA PARTE.
La parábola del trigo y la cizaña se narra de la siguiente manera.
El reino de los cielos es semejante al hombre que siembra buena simiente en su campo;
mas durmiendo los hombres vino su enemigo, y sembró cizaña entre el trigo y se fue. Y
como la hierba salió e hizo fruto, entonces apareció también la cizaña. Y llegándose los
siervos del padre de la familia, le dijeron: Señor ¿no sembraste buena simiente en tu
campo? ¿De donde pues tienes cizaña? Y el les dijo: un hombre enemigo ha hecho
esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres pues, que vayamos y la cojamos? Y el dijo:
No; porque recogiendo la cizaña arrancaréis también con ella el trigo. Dejad crecer
juntamente lo uno y lo otro hasta su siega. Y al tiempo de la siega yo diré a los
segadores; Recoged primero la cizaña y atadla en manojos para quemarla. Más
recoged el trigo en mi alfolí. (Mateo. XIII-24-30)
Estudiemos ahora la interpretación de la parábola según la dio Cristo.
La interpretación es como sigue;
“El que siembra la buena simiente es el Hijo del Hombre; y el campo es el Mundo; y
la buena simiente son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del mundo; y el
enemigo que los sembró es el diablo; y la siega es el fin del mundo y los segadores
son los ángeles. De manera que como es cogida la cizaña y quemada al fuego, así
será el fin de este siglo. Enviará el Hijo del Hombre sus ángeles y cogerán de su reino
todos los escándalos, y a los que hacen iniquidad. Y los echarán en el horno del
fuego; allí será el lloro y crujir de dientes. Entonces los justos resplandecerán como
el sol, en el reino de su Padre; el que tenga oídos para oír, que oiga. (Mateo XVIII-37-43).
Se aclara la explicación acerca de la cizaña. Es el error, todos los errores, todas las
cosas que causan tropiezo con relación a la enseñanza del Reino o de un nivel superior
de desarrollo humano; en segundo lugar se refiere a
todos los que obran mal dentro de la enseñanza.
La cizaña es la siembra del malo, porque representa tanto la enseñanza errada
en sí mismo, como los malos resultados que derivan de ella. Lo mismo se aplica al
trigo, o a la simiente del reino, que es tanto la enseñanza verdadera en sí mismo,
como sus resultados. La frase que se traduce como el fin del mundo, significa la
consumación de la época. No se refiere a la destrucción material de la tierra. ¿Qué
es lo que significa una época o una edad? Una época o una edad es un periodo
de tiempo caracterizado por una enseñanza particular acerca de la evolución
interior, o el nivel del reino de los cielos. Llega a su fin, y entonces se siembra
una nueva cosecha, pero siempre se mezcla con la cizaña.
Se hace una nueva cosecha y separación, y el proceso se repite nuevamente.
Cada forma de la enseñanza, desde su comienzo hasta su terminación, es una época.
Cada acción de la enseñanza es una acción selectiva. La cosecha son aquellos
que en cualquier época particular hayan recibido la enseñanza acerca de la
evolución interior, y que la hayan seguido, llevando uno a ciento, otro a sesenta y otro a treinta.
Ellos alcanzan la vida eterna en el nivel del reino de los cielos. En ese sentido
recordemos las palabras del Cristo “En la Casa de mi Padre muchas moradas hay”.
Finalmente, quedan por mencionar dos ideas que con frecuencia se asocian
con la doctrina evangélica, y que nos orientan equivocadamente
sobre los principios y sobre el mismo Cristo.
La primera idea es que la doctrina evangélica no se refiere a la vida terrena,
que Jesucristo no construyó nada sobre la tierra, que la finalidad de la idea
entera del Cristianismo es preparar al hombre para la vida eterna, para la vida del mas allá.
La segunda idea, es que la doctrina cristiana es demasiado ideal para los
hombres, y por lo tanto impracticable. Que Cristo fue un poeta y un filósofo
en sus sueños, pero, que la desnuda realidad no puede apoyarse en estos
sueños y no puede considerarlos seriamente.
Tanto una idea como la otra son erróneas. Cristo no enseñó para la muerte, sino
para la vida, pero su enseñanza no abarcó ni podía abarcar, la totalidad de la vida.
En sus palabras y en sus parábolas aparecen continuamente hombres que quedan
completamente fuera de sus ideas; todos los reyes, hombres ricos, ladrones,
sacerdotes, levitas, mercaderes, escribas, y fariseos. Y esta vida monstruosa,
absurda, con la que su enseñanza no tenía relación alguna, era a sus ojos, el
Mammón, a quien no se podía servir al mismo tiempo que a Dios.
Cristo no fue nunca un poeta o un filósofo sin sentido práctico. Su enseñanza no
es para todos, pero es absolutamente práctica en todos sus detalles. Es práctica y
realizable, en primer lugar, porque no es para todos. Muchos hombres no pueden
sacar de su enseñanza más que falsas ideas, y para ellos, Cristo no tuvo nada que decir.
Queridos hermanos; quiero terminar este trabajo con unos párrafos de nuestra
inolvidable y recordada hermana mística Corine Ellinne cuando nos enseña
que “cada sacrificio recibe su compensación espiritual.” Cada hombre que
muere por cualquier causa que considera más importante que él mismo, renace
en un nivel superior de conciencia. Cristo mediante su sacrificio en la cruz, fue
elevado a las Grandes Iniciaciones que pertenecen al Reino del Padre.
El candidato victorioso que sigue a Cristo hasta el final del camino, llega a la Gloria
de la Liberación. Entonces ya es libre de pasar a voluntad, del plano físico a los
reinos espirituales. La corona de espinas se convierte en un halo de luz, ya que ha
conquistado el mas grande de los dones de la vida; la inmortalidad consciente.
El victorioso, conoce entonces, toda la gloria de la alborada de su propia resurrección.
Queridas hermanas y queridos hermanos; que las mejores rosas que adornan el
camino que nos conduce al reino de los cielos, florezcan sobre vuestras cruces..