En estos momentos en que el denominador común de los seres humanos pareciera ser la prisa por vivir, casi resulta utópico el hablar de adoración y contemplación espiritual, porque se supone que ello requiere de tiempo y sobre todo de quietud, sin embargo no es así, pues la verdadera definición de la adoración es mucho más simple, porque ella "es la técnica de buscar en Dios, la inspiración para servir a muchos.1616" porque "no puedo regocijarme en la paternidad de Dios, si rechazo o ignoro la fraternidad del hombre.1454"
Desgraciadamente a lo largo de los siglos los cristianos hemos olvidado esta definiciones y las hemos reemplazado por oraciones recitadas de memoria a ciertas horas y días específicos o cuando tenemos que pedir con urgencia la ayuda divina para solucionar nuestros problemas, olvidando que Dios no busca ni necesita la pleitesía de nuestras oraciones, ni de nuestro reconocimiento de su soberanía capaz de concedernos lo que le pedimos.
En cambio sí necesita, de nuestra colaboración para esparcir a través de nosotros su amor hacia todos los hombres, especialmente a los más carentes de amor y de sabiduría, porque El envió a su Hijo en busca de las ovejas perdidas, pues "cuanto menos amor haya en la naturaleza de una criatura, más grande será su necesidad de amor y más tratará el amor divino de satisfacer esa necesidad. El amor no es jamás egoísta, y el amor divino no puede ser autocontenido; debe ser donado generosamente.1739
De allí que la " adoración sincera connota la movilización de todos los poderes de la personalidad humana, bajo la dominación del alma evolutiva y sujeto a la dirección divina del Espíritu residente. La mente de limitaciones materiales jamás puede llegar a estar altamente consciente del significado real de la adoración verdadera. La comprensión que el hombre tiene de la realidad de la experiencia del culto, está principalmente determinada por el estado de desarrollo de su alma inmortal evolutiva. El crecimiento espiritual del alma, tiene lugar de manera totalmente independiente de la autoconciencia intelectual.66"
Tampoco es válido el caer en el misticismo exagerado, porque suele ser un autoengaño y un escapismo para evitar los problemas cotidianos, porque no hay comunión verdadera con nuestro Padre, si nos olvidamos de servir a nuestros hermanos, porque "la espiritualidad debe ser el indicador de la propia cercanía a Dios y la medida de nuestra propia utilidad para con los semejantes. La espiritualidad eleva la habilidad de descubrir la belleza en las cosas, de reconocer la verdad en los significados y la bondad en los valores. El desarrollo espiritual está determinado por la capacidad para eso y es directamente proporcional a la eliminación del egoísmo, pues la verdadera religión es amor vivo, una vida de servicio. La separación del religionista de mucho de lo que es puramente temporal y trivial no conduce nunca al aislamiento social y no debería destruir jamás el sentido del humor.1097"
Midamos nuestra espiritualidad con el metro de nuestra fraternidad y no perdamos nunca nuestro contacto con la realidad material, porque " la fe salvadora nace en el corazón humano cuando la conciencia moral del hombre comprende que los valores humanos pueden ser transformados en experiencia mortal de lo material a lo espiritual, de lo humano a lo divino, del tiempo a la eternidad.1118" Somos materia y debemos usar la materia para llegar a lo espiritual.
yolanda silva solano
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