¿Cuántas veces he pasado por alto el verdadero significado de unas palabras ajenas, simplemente por no estar escuchando de verdad?
¿Y cuántas veces he sido mal comprendido por la misma causa?
La comunicación es parte importante de todos los aspectos de mi vida. En mis relaciones con el prójimo, en el trabajo y en casa, el éxito del compromiso puede estar determinado por el grado de comunicación entre las personas. Aprendo a ser mejor comunicador cuando me dejo dirigir por el amoroso espíritu de Dios. Cuando escucho a otros, escucho con amor.
Confío en que Dios -no las apariencias-, me muestre el verdadero significado de las palabras o los actos de alguien. Porque confío en Dios, jamás temeré ser mal entendido. Él me inspira para que diga y haga lo correcto en el momento correcto.