EL SER HUMANO Y LOS ÁNGELES
El ser humano tiene un contacto directo, aunque inconsciente, con las Jerarquías
inmediatamente por encima de él, gracias a ellas, la humanidad está evolucionando
y desarrollando sus vehículos y poderes internos. A su vez, y lo mismo que ocurre
respecto al trabajo de la humanidad con los reinos inferiores, estas Jerarquías evolucionan
por medio de su labor sobre nosotros. De las Jerarquías evolucionantes en la Tierra que
han adquirido la individualización, la más inferior y más en peligro de perderse es la
humanidad, por eso las Jerarquías superiores trabajan en todos los aspectos de la
vida para que podamos elevarnos cuanto antes.
Los 16 Senderos de Destrucción representan a las 16 razas que en algún momento se
pueden ver tan apegados a las características de la raza que se cristalicen cuando sus
cuerpos degeneren.
Cristo habló sobre esto cuando dijo: “Quien quiera que no abandone todo lo que tenga, no
puede ser mi discípulo” y “Si alguien viene a mí y no odia a su padre, madre, hermano/a, a sus
hijos y a su propia vida, no puede ser mi discípulo”. Esto quiere decir que los cuerpos que
representan nuestros familiares, son del mundo de la forma y no del Espíritu. El hombre
no se debe identificar con la raza ni con la forma.
Los Ángeles del hogar suelen crear una buena atmósfera en el hogar, intentan proteger el
hogar de las malas influencias, cuidan de los niños, ayudan cuando en la casa se hacen
oraciones o invocaciones a ellos, a Cristo o a Dios; se muestran gozosos cuando las
personas responden y nos dan sus bendiciones. Además de la ayuda que nos dan y que es
imprescindible para nuestra evolución, siempre están dispuestos a ayudarnos cuando
de verdad obramos o pedimos ayuda de corazón. Ellos no ponen condiciones ni límites,
nada más que cuando se les invoca desde un punto de vista egoísta, al contrario, ellos
responden (aunque sus respuestas no las veamos físicamente) cuando invocamos o
actuamos con pureza de corazón, humildad y fraternidad, sobre todo, cuando es para
otras personas. Ellos ven a cada individuo como un fragmento de Dios al que
deben ayudar con Su Vida y Amor
ASPECTOS SOBRE LA FORMACIÓN DE LOS CUERPOS
El Ego trabaja en la formación del cuerpo haciendo descender la materia específica de
cada región. Fuera del área de actividad trabajan los Ángeles que, según el grado de
desarrollo, trabajan en la formación de los diferentes cuerpos. Los Ángeles se comunican
todo lo referente al karma del individuo para organizar y dirigir a los espíritus colaboradores
que, en compañía del ego, son en realidad quienes forman los cuerpos.
Los Ángeles son quienes seleccionan la materia de los mundos para que los cuerpos tengan
las capacidades y posibilidades que necesiten para cumplir con su destino y karma. Ellos
añaden materia más espiritualizada como resultado del efecto del purgatorio, esto a su vez
es un estímulo en la vida para hacer el bien.
Lo mismo que somos protegidos por las noches en los mundos invisibles, así somos
protegidos antes del nacimiento con un aura protectora de amor.
También estudian, en colaboración con los Sres. de la Mente, la vida pasada y la relación
con el ego de sus futuros padres de tal forma que la materia
física sirva para el karma del cuerpo físico.
El cuerpo o molde etérico se forma según la vibración dada por los Ángeles y de acuerdo
a las necesidades, y en base a eso, los espíritus de naturaleza forman el cuerpo
físico junto a otros muertos y el ego.
Los Ángeles toman también materia del aura de la madre –como la sangre- para trabajar
sobre los cuerpos del ego, pero a la vez, la protegen por medio de la materia que hacen
descender de los mundos espirituales y que pertenece al rayo de Amor y representa
el aspecto femenino también llamado “Virgen María”
Cuando se aproxima el nacimiento, los Ángeles superiores se retiran de la obra quedando
sólo los Ángeles, pues los otros ya han hecho las conexiones de los cuerpos. En estos
momentos el ego pierde el contacto con los mundos invisibles y se centra en el plano
físico con la ayuda de los Ángeles donde, poco a poco, irá despertando la conciencia de vigilia.
EL TRABAJO DE LOS ÁNGELES EN LA MISA
Hay unos Ángeles encargados de trabajar con las energías de las palabras de poder, del incienso
y de la música que se practica en los servicios religiosos y rituales espirituales, veamos cuáles
son algunos de sus trabajos en la misa.
La misa es una de las ayudas de Cristo que se efectúa gracias a los Ángeles y a sus colaboradores
espíritus de la naturaleza, es la más elevada de las ceremonias cristianas y tiene un efecto
benéfico sobre todo aquel que participa porque en ella derrama Cristo su fuerza espiritual
formando un centro radiante y magnético que ayuda espiritualmente a los presentes. El fin
es centrar la efusión de energía espiritual en el templo para beneficiar a los congregantes
y reunir la devoción de los fieles como ofrenda a Dios.
El Ángel encargado de la construcción del templo etérico lo hace manejando energías de
los mundos: mental, de deseos y etérica y lo va haciendo con cada efusión que desciende
según se desarrolla la misa paso a paso y gracias a la devoción de los fieles; también
tienen gran influencia el incienso, la música, los signos, las lecturas, bendiciones, etc.
La presencia de los Ángeles es una especie de bendición y purificación de las auras
gracias a una corriente amorosa y radiante, ellos trabajan con las vibraciones de la palabra,
la música, el incienso, etc. Los Ángeles y sus ayudantes limpian la atmósfera de la iglesia y
las auras de los asistentes, pero también magnetizan las imágenes
para beneficio de quien las reza.
Esta obra hace que fluya la energía crística del mundo del Espíritu de Vida y se derrame sobre
los fieles y afecte al Triple Espíritu, el flujo estimula la devoción, el anhelo, la adoración,
el amor y todos los más elevados sentimientos humanos.
En la consagración se distribuye la energía crística y los Ángeles del servicio, a través del
cual evolucionan, son los encargados de administrarla entre los concurrentes, En esta
distribución pueden colaborar cientos de Ángeles con el sacerdote, aunque éste
sea inconsciente de lo que ocurre.
La radiación de la hostia armoniza y fortalece los cuerpos de quienes están presentes. El
saludo de la paz une a los asistentes por un lazo magnético como preparación para la
comunión. La comunión produce una intensa exaltación espiritual en la persona que,
a la vez, irradiará sobre quienes le rodean durante varias horas, la comunión nos
pone en contacto directo con Cristo.
DIFÍCIL CONTACTO POR PARTE NUESTRA
Siempre estamos en contacto con los Ángeles pero, si alguna vez desea un Ángel menor
ponerse en contacto con nosotros tendríamos que cambiar mucho. Deberíamos mostrar
amor y respeto por la naturaleza, reverenciarla y mostrar más nuestros sentimientos hacia
ella sabiendo que tras las nubes, el agua, la vegetación, etc. hay infinidad de seres
celestiales cumpliendo las leyes de Dios.
Tiene más posibilidades de conectar con ellos el ocultista y el devoto que se esfuerza por
vivir una vida de santidad que el científico materialista, sobre todo si lleva una vida sana,
de meditación y de oración y su aura brilla más de lo normal. Los rituales y
ceremonias donde se utilizan palabras de poder, también nos acercan a los Ángeles
si abrimos el corazón a su influencia.
Los Ángeles no tienen tristeza, dolor, separatismo, ni nada parecido sino amor, alegría,
fraternidad y devoción por la obra de Dios. Ellos acuden muy gustosamente a nuestras
invocaciones cuando se trata de ayudar o de hacer una buna obra. Cuando una persona
reza todos los días en el mismo sitio, pone incienso, manifiesta devoción a Dios o pide
por los demás, ellos se encargan de hacer llegar esos buenos sentimientos y oraciones
a quien corresponda y de devolverle el efecto; además construyen un templo etérico y
mantienen las vibraciones para que la persona obtenga beneficio de su propia obra.
En realidad tendríamos que contar con su presencia en el hogar, en la enfermedad, en las
iglesias o sitios de oración y allá donde se necesite ayuda para alguien. Ellos actúan a través
de las personas pero lo hacen más por medio de las que tienen cierto poder como
ordenados. Los Ángeles ayudan a los agricultores, en las guarderías, en hospitales, con
los recién muertos, con los que nacen y en otros muchos trabajos que ni nos
imaginamos pero sobre todo cuando se les pide amorosa y devotamente.
Para contactar tenemos que llevar una vida de pensamiento positivo, de altruismo y de
amor al prójimo. Ellos no piden adoración ni devoción sino colaboración y que, en su
momento, podamos participar de sus bienes. Además de su trabajo en el mundo
etérico respecto a las formas, son fieles colaboradores de la obra de Cristo y
manifiestan su amor allá donde se reúnen las personas para hacer un trabajo
espiritual, altruista, o simplemente para orar.
Los Ángeles etéricos no tienen forma humana, aunque sí pueden aparentarla; no hablan
sino que se comunican mentalmente de una forma que no cabe duda; no tienen alas
sino energías y fuerzas que salen de ellos mismos; no necesitan mostrar su amor en
determinadas circunstancias porque ellos son amor por naturaleza y todo lo hacen
con amor; ellos no se entristecen ni se enfadan pero sienten compasión y deseo
que salgamos de la práctica del mal;
Ellos están con nosotros siempre pero no les podremos ver hasta que no elevemos la
vibración de nuestros cuerpos hasta la del suyo.
Deberíamos ser más conscientes de que los Ángeles están siempre dispuestos a ayudarnos,
aunque para ellos tenemos que ser nosotros quienes pongamos manos a la obra a
modo de abrirles la puerta. En realidad, podemos invocarles para que nos ayuden a
encontrar una solución que nos hace falta así como todo lo que se para los demás pero
nunca para un beneficio material y persona.
MI HOMENAJE A LA FRATERNIDAD ROSACRUZ Y A MAX HEINDEL
CIENCIAS OCULTAS Y ASTROLOGIA
ESOTERISMO Y ESPIRITUALIDAD