A sabiendas de lo paralizante que puede llegar a ser el miedo, hay ocasiones en que es difícil no sentirlo y ésto lo sabemos muy bien los que vivimos en países sísmicos, en donde la fuerza de la naturaleza nos sobrepasa y de nada sirve ser rico o pobre, humilde u orgulloso, porque la tierra se nos mueve a todos por igual y en muchas ocasiones las olas del mar amenazan devorarnos y destruir todo lo que encuentra a su paso descontrolado. Es precisamente entonces cuando en medio de esas emergencias atemorizantes, debemos recordar que "nuestra fe debe aceptar el hecho de la presencia del Espíritu residente, y así deberíamos poder contemplar más allá de las nieblas de la incertidumbre mortal el brillo claro del sol de la rectitud eterna.1194 y confiar en el amor de nuestro Padre.
Las fuerzas de la Naturaleza pueden ser terriblemente destructivas porque la naturaleza no es Dios, por eso en esos momentos de temor natural a nuestra fragilidad humana, debemos acordarnos que no estamos solos, porque "el Padre Universal tiene un propósito eterno relacionado con los fenómenos materiales, intelectuales y espirituales del universo de los universos, el cual lleva a cabo durante todo el tiempo.No hay límites a las fuerzas y personalidades que el Padre puede utilizar para mantener su propósito y sostener a sus criaturas. «El Dios eterno es nuestro refugio, y abajo están sus brazos sempiternos». «El que habita en el lugar secreto del Altísimo morará bajo la sombra del Todopoderoso». «Mirad, el que nos guarda no se adormecerá ni se dormirá». «Sabemos que todas las cosas cooperan para bien de los que aman a Dios», «porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos, atentos a sus oraciones pues el Padre Universal no se ha retirado de la administración de los universos; él no es una Deidad inactiva.55
Si somos capaces de sentirnos hijos de Dios en esos momentos de pánico, nos daremos cuenta como él se convierte en conformidad y serenidad, porque estamos seguros que nuestro Padre nos ama y que con su ayuda saldremos adelante de cualquier cosa aparetemente negativa. Es impressionante escuchar los testimonios de la gente sencilla, que muchas veces lo han perdido todo, pero confían que con la ayuda de Dios volverán a empezar.
Es en estos momentos cuando nuestra fe debe ser algo operativo, capaz de darnos la serenidad necesaria para transmitirla a nuestros hermanos, porque ella es la gran fortaleza en los momentos de incertidumbre, porque entonces " la espiritualidad se vuelve de inmediato el indicador de la propia cercanía a Dios y la medida de nuestra propia utilidad para con los semejantes. La espiritualidad eleva la habilidad de descubrir la belleza en las cosas, de reconocer la verdad en los significados y la bondad en los valores. El desarrollo espiritual está determinado por la capacidad para eso y es directamente proporcional a la eliminación de las características egoístas del amor.1096 y del temor paralizante.
En estos tiempos en que los fenómenos naturales parecen estar más frecuentes en nuestras vidas, aprovechemos de utilizarlos para reforzar nuestra filiación divina y no ver en ellos un castigo, sino una oportunidad más de demostrar nuestra confianza en el amor de nuestro Padre, si permanecemos unidos a su amor, cualquier cosa que nos pudiera suceder, será siempre para nuestro beneficio aún cuando las apariencias puedan decir lo contrario. Nosotros vemos lo mediático, nuestro Padre ve la evolución cósmica, pues "mucho de lo que un mortal llamaría buena suerte puede ser en realidad mala suerte; la sonrisa de la fortuna, que dona tiempo libre no ganado y riqueza no merecida puede ser la mayor de las aflicciones humanas; la crueldad aparente del hado perverso que acumula tribulaciones sobre un mortal sufriente, puede ser en realidad un fuego templador que está transmutando el hierro blando de la personalidad inmadura en el acero duro del verdadero carácter.1305
"En un mundo evolucionario los sucesos naturales de orden material y los deseos personales de los seres humanos frecuentemente parecen ser antagónicos. Es muy difícil para el hombre mortal comprender mucho de lo que ocurre en un mundo en evolución y la ley natural tan frecuentemente parece ser cruel, sin corazón e indiferente a todo lo que es verdadero, bello y bueno en la comprensión humana. Pero a medida que la humanidad progresa en el desarrollo planetario, observamos que este punto de vista se ve modificado porque la comprensión del hombre del mundo en el cual vive; su capacidad que se va ampliando para la comprensión de los hechos materiales del tiempo, las ideas significativas del pensamiento y los ideales valiosos del discernimiento espiritual. Mientras los hombres midan tan sólo con la vara de las cosas de naturaleza física, no pueden esperar jamás encontrar unidad en el tiempo y en el espacio. La providencia se vuelve cada vez más discernible a medida que los hombres se dirigen hacia arriba desde lo material a lo espiritual a través del logro del discernimiento 1307
yolanda silva solano
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