"¡Cuántas tierras se han convertido en desiertos a causa de la
falta de agua! Pero también ¡cuántos desiertos en los que se
ha podido llevar agua, han sido transformados en tierras
fértiles! El agua es la vida que circula. Entonces, si quieren
ustedes mismos convertirse en una tierra fértil, dejen siempre
fluir el agua, la vida. Y no se ocupen por saber qué árboles
serán los
que crecerán, florecerán y darán frutos, ni qué
pájaros vendrán a cantar en estos árboles.
Alguien dirá: «Pero yo quiero, en principio, saber cuál será
el lugar de este árbol o de este pájaro, y sobre que rama irá
a cantar.» Pues bien, si espera conocer todos estos
detalles
antes de decidirse a dejar fluir el agua, pasarán siglos y
ninguna hierba crecerá, ningún pájaro cantará. Dejen pues
fluir el agua, verán entonces cómo todo encontrará su lugar,
cómo todo cantará, todo florecerá. Dejar fluir el agua
significa no cesar nunca de amar.
Suceda lo que les suceda, nunca
cierren su corazón, porque será entonces cuando dejarán
que el desierto se instale en ustedes. Los demás tal vez no
tienen necesidad de su amor, pero ustedes, tienen
necesidad de amar. "
Omraam Mikhaël Aïvanhov