superior al Absoluto, el Uno.
Aunque esto no signifique nada para nosotros actualmente, es bueno saber que hay una
distinción, así que por lo menos nuestras ideas serán claras respecto de quién es Dios,
quién es el Hijo y quién es el Espíritu Santo, así como respecto a Jesucristo.
El, Padre es el iniciado más elevado del Período de Saturno.
El Hijo es el iniciado más elevado del Período Solar.
Jehová, el Espíritu Santo, es el más elevado iniciado del Período Lunar. Y las
humanidades ordinarias de los diferentes periodos son respectivamente los Ángeles, los
Arcángeles y los Señores de la mente. Hay muchas jerarquías, muchas que están más
allá de la evolución del hombre y debajo de la evolución del hombre, pero no hay
ninguno, ningun otro que pueda ser la salvación del hombre sino Cristo-Jesús.
Por último hemos llegado a comprender los factores que intervinieron e hicieron ese gran
sacrificio del Gólgota; sabemos quién es quién. Estas Instrucciones son primero analíticas
en grado superlativo, pero cuando combinemos sus resultados y consideremos dicho
sacrificio bajo su luz, entonces encontraremos algo grande, algo espiritual en él. Es
necesario ser analíticos para satisfacer a aquellos que se han visto obligados a
abandonar sus iglesias. Ellos han preguntado: "¿qué bien del mundo puede hacérmelo
creer?" Y están buscando una respuesta a esa pregunta que surge en sus mentes "¿qué
eficacia tiene la sangre?", y por consiguiente es necesario analizar antes de ponernos
frente a las enseñanzas espirituales. Tenemos un factor más que nosotros debemos
analizar, la sangre.
Habréis oído decir al autor varias veces que la sangre es el vehículo particular del Ego en
el mundo físico. Encontramos en la Biblia que esto era conocido muy bien por los que
escribieron el Levítico. pues decían que la vida está en la sangre. Vemos la sangre como
innumerables glóbulos o discos microscópicos, pero la sangre no es de esa naturaleza,
según lo ve el clarividente en el cuerpo humano vivo. La sangre es un gas, una esencia
espiritual caliente. Este calor lo produce el Ego que está dentro de la sangre. Si se pincha
la piel y sale sangre, ésta se coagula como el vapor, que es un gas caliente invisible,
condensándose tan pronto como se pone en contacto con la atmósfera externa. La
sangre es el vehículo a través del que, por medio del sistema nervioso simpático, lleva la
mente subconsciente todas las actividades al cuerpo, actividades de las que no tenemos
noticia en nuestra mente consciente. La sangre es una esencia peculiarísima, según se
ve en el mito de Fausto, al ir a firmar el pacto con el Diablo. Va a hacerlo con tinta, pero
Mefistófeles dice: "firmad con sangre". Y Fausto pregunta: ¿por qué? ¿es acaso más
eficaz? "Sí", contesta Mefistófeles, "la sangre es una esencia muy peculiar", porque sabía
que la sangre contiene al Ego, y por lo tanto exigía la sangre del hombre a quien quería
tener bajo su poder.
El Ego humano es más poderoso que el Espíritu-Grupo del animal, como lo vemos
cuando acudirnos a la prueba científica que se llama hemolisis. La sangre de un animal
superior si se inocula en otro de especie inferior lo mataría. Si tomamos sangre humana y
la inoculamos en un animal inferior, el animal no puede soportar las elevadas vibraciones
de la sangre de un ser humano y muere. Por otra parte, si se inocula sangre de un animal
a un hombre, éste no sufrirá. No podemos pasar más allá de los antropoides. Estos
únicamente pueden soportar inoculaciones de sangre humana: todos los demás animales
morirían.
En los días anteriores a Cristo, recordaremos de Parsifal que no había iniciación para
"todo el que quisiera". Se dijo proféticamente: "Todo aquél que esté sediento que venga a
estas aguas" (a beber), pero esto era una profecía. Después de la venida de Cristo, la
tenemos para "todo el que quiera". Antes, de ese entonces la iniciación estaba reservada
a ciertas castas, cuyos miembros eran los únicos que podían ser iniciados o sacerdotes.
Con objeto de demostrar que eso quedaba abrogado, se tomó el cuerpo de Jesús, pero
no de un Levita. Jesús venía de la mezcla más fuerte de la nación Judía- los galileos. En
los tiempos primitivos nadie podía casarse fuera de su tribu, y leemos que Adán y
Matusalén vivieron así muchísimos años. En esa época era costumbre casarse en la
familia, una endogamia tan estrecha como fuera posible, así que la sangre que corría por
las venas de los miembros de esa familia contenía las imágenes de todo cuanto les había
ocurrido a sus diferentes ascendientes, lo que estaba conservado en la mente que ahora
es subconsciente. Pero entonces estaba consciente y constantemente ante la visión
interna del hombre y cada familia estaba unida por la sangre común con la que vivieron
sus antecesores. Los hijos veían las vidas de sus padres. Y en esa forma Adán y otros
patriarcas vivieron durante centurias.
En esos tiempos nadie se casaba fuera de su propia familia, así como nosotros no nos
casaríamos dentro de ella. Se consideraba con horror el casamiento con un extraño y
hasta en la mitología escandinava vemos cómo los que tenían que formar parte de una
familia se veían obligados a mezclar la sangre. Para ello tenía que verse antes si la
sangre se mezclaba o no, así que la hemolisis era ya conocida de ellos, en algunas de
sus fases por lo menos. Si la sangre no se mezclaba hubiera producido "confusión de
casta", como dice el hindú. Debía seguirse la línea estrictamente, pues en caso contrario
esas imágenes de la visión interna no serían las mismas y se tornarían confusas y
borrosas.
Cuando Cristo vino derogó tal práctica al decir: "Antes de que Abraham fuera, Yo soy". Yo
no me cuido de Abraham, sino que me glorifico en el Yo soy, el Ego que era antes de que
él fuera. Y dijo: "Aquél que no deje a su padre y a su madre no puede seguirme".
Mientras os mantengáis en la familia, en la nación, en la tribu vivís en la antigua sangre,
en los antiguos métodos, y no podéis amalgamamos en una fraternidad universal. Eso
puede realizarse únicamente cuando os caséis internacionalmente. Porque si tenéis
muchas naciones. es lo mismo que tener muchas casas de ladrillos. Mientras tengáis
esas casas levantadas ante vosotros no podréis hacer un gran edificio, pero cuando las
destruyáis podréis hacer con ellas uno muy grande. El matrimonio en familia debe pasar;
que Abraham muera y que el "Yo soy" viva; perezca el patriarcado para que el
individualismo pueda surgir.
¿Qué efectos tuvo ese cambio? La mezcla de sangres siempre mata algo. Si no mata al
animal mata alguna otra cosa. Si cruzamos un caballo con una burra, se produce un
híbrido, la mula. ¿Es esa mula igual a los que la engendraron? ¿no ha muerto algo? Sí.
Ha muerto la facultad de la propagación y así sucede en todos los demás híbridos. No
pueden propagar su especie. De la misma manera, cuando nos casamos
internacionalmente, algo muere. Y ese algo son las imágenes de nuestra visión interna.
Las diferentes imágenes o recuerdos de las diversas familias se mezclaron, así que la
clarividencia, el contacto con el mundo espiritual junto con la memoria de la Naturaleza,
se fue borrando desde ese tiempo. Los escoceses de las montarías que se casan en el
clan y los gitanos también, retienen esa segunda vista en cierto grado.
Si alguien se hubiera situado durante millares de años en algún planeta distante y hubiera
mirado clarividentemente a nuestra pequeña Tierra, habría visto un cambio gradual de
mal en peor en su Mundo del Deseo y su Mundo del Pensamiento. Se iban llenando más
y más con sucias y malas vibraciones, porque el hombre, en los días de su infancia, no
podía dominar sus impulsos. Estaban principalmente dominado por la mente y el cuerpo
de deseos, y por lo tanto, después de la muerte tenía que hacer una estada en el
Purgatorio, la cual ocupaba la mayor parte del tiempo transcurrido entre dos
encarnaciones; casi no había progreso alguno. El Segundo Cielo, en el que aprendía el
trabajo creador, casi le estaba cerrado.
El Mundo del Deseo terrestre tenía que ser purificado para proporcionar al hombre un
nuevo impulso. Y esa fue la misión de Cristo.
En cuanto a las razones referentes a la muerte violenta, ya se dijo que cuando una
persona sale brusca o violentamente de su instrumento hay algo que se adhiere a él, y
ese algo son las impurezas de la naturaleza inferior. Tenemos sangre arterial y sangre
venosa, en la venosa se encuentran todas las impurezas de la naturaleza inferior; pero en
la sangre arterial tenemos la pureza. La sangre venosa se adhiere estrechamente a la
carne, y por lo tanto, cuando alguna persona es muerta, si la sangre fluye se efectúa una
purificación definida. Cuando quiera que el espíritu sale del cuerpo por accidente y fluye
la sangre, el hombre es más puro, mejor como espíritu.
El cuerpo de Jesús tenía que ser muerto y la sangre tenía que fluir para que, mediante
esa muerte violenta, la última impureza que aun pudiera permanecer adherida a esa
carne se disgregara; para que el Espíritu Cristo, purísimo e inmaculado, sin ninguna de
las impurezas del cuerpo que había usado, pudiera difundirse por todo el mundo.
Cuando ese Gran Ser fluyó al exterior por las heridas del cuerpo de Jesús, ese
luminosísimo Espíritu Solar se difundió por toda la Tierra. Y por eso oímos hablar de esa
gran oscuridad, pues la gran luz espiritual la percibió el hombre como oscuridad. Pero
gradualmente fue absorbida por la Tierra, y tomó su lugar, permitiendo que todas las
cosas que estaban dentro de su influencia volviera a su condición normal, por lo menos
en lo que el hombre podía ver; pero las vibraciones que se habían producido limpiaran,
purificaron y ordenaron rítmicamente las vibraciones del mundo superior y dieron un
impulso espiritual que no habría podido ser dado de otra manera, y en esa forma fue
como lavó y borró "los pecados del Mundo", restaurando las vibraciones rítmicas en cierta
medida y permitiendo al hombre progresar. Esa influencia está aún obrando y purificando
el mundo; es la fuente del altruismo y de la benevolencia que gradualmente está tomando
el lugar del patriotismo y del egoísmo, allegando fraternidad universal para la humanidad.