CRISTIAN ROSENKREUZ Y LA ORDEN DE LOS
ROSACRUCES...(I)
ANTIGUAS VERDADES CON ROPAJES MODERNOS...(I)
Habiendo encontrado entre el público un gran deseo de saber algo
sobre la Orden de los Rosacruces, y como en nuestra civilización
occidental, y quizás hasta entre nuestros estudiantes, no se comprende
bien el importante lugar ocupado por los Hermanos de la Rosa Cruz,
es conveniente dar algunas informaciones auténticas sobre el asunto.
Todo el mundo está sujeto a la ley, y toda nuestra evolución progresó
espiritual y físicamente a la par. El Sol es el dador de la luz física, tal
como lo conocemos, y aparentemente marcha del Este al Oeste
llevando luz y vida a todas las partes de la Tierra unas después de
otras. Pero el Sol visible, es únicamente una parte del Sol, así como el
cuerpo visible es solo una pequeña parte del hombre. Hay un Sol
invisible y espiritual cuyos rayos estimulan el crecimiento del alma en
unas partes de la Tierra tras otras, así como el Sol visible promueve el
crecimiento de la forma, y este impulso espiritual también viaja en la
misma dirección: del Este al Oeste.
Seiscientos o setecientos años A.C. , una nueva oleada de
espiritualidad brotó en las costas occidentales del Océano Pacífico
para iluminar a la nación china, y la religión de Confucio la profesan
hoy en día muchos millones de habitantes del Celeste Imperio. Más
tarde vemos el efecto de esta oleada en la religión de Buda, enseñanza
que tuvo por objeto iluminar las aspiraciones de millones de hindúes y
de chinos occidentales. En su curso hacia el Oeste, aparece después
entre los griegos intelectuales en las filosofías de Pitágoras y Platón, y
por último , pasa al mundo occidental, entre los precursores de la raza
humana, donde tomó la excelsa forma de la Religión Cristiana.
La Religión Cristiana se ha ido abriendo camino hacia el Oeste, hasta
las costas del Océano Pacífico, y allí se han ido amasando y
concentrando las aspiraciones espirituales. Allí alcanzarán su punto
culminante, antes de seguir de nuevo su camino del Océano e
inaugurar un despertar más elevado y más sublime en el Oriente,
mucho más de lo que existe actualmente en esa parte de la Tierra.
Así como el día y la noche, el verano y el invierno, el reflujo y el
flujo, se siguen los unos a los otros en ininterrumpida sucesión, de
acuerdo con la ley de ciclos alternativos, así también la aparición de
una oleada de espiritualidad en cualquier parte del mundo va seguida
de un período de reacción material, para que nuestro desarrollo no se
unilateralice.
La Religión, el Arte y la Ciencia son los tres medios más importantes
de educación humana y son una trinidad en una unidad que no puede
separarse sin torcer el punto de vista de cualquier cosa que
investiguemos. La verdadera Religión comprende a la vez la ciencia y
el arte, porque enseña una vida hermosa en armonía con las leyes de la
Naturaleza.
La verdadera Ciencia es artística y religiosa en el más elevado sentido,
por que nos enseña a reverenciar y conformarnos con las leyes que
gobiernan nuestro bienestar y explica porqué la vida religiosa conduce
a la salud y a la belleza.
El verdadero Arte es tan educacional como la ciencia y tan
perfeccionante, en su influencia, como la religión. En la Arquitectura
encontramos la más sublime presentación de las líneas cósmicas de
fuerza en el Universo. Llena al contemplador espiritual de una
poderosa devoción y adoración, nacida de la concepción de la
grandeza y majestad de la Divinidad. La escultura y la pintura, la
música y la literatura, nos llenan de un trascendental amor de Dios, la
fuente inmutable y la meta de todo este hermoso mundo.
Nada, excepto esta enseñanza integral, podrá responder
permanentemente a las necesidades humanas. Hubo un tiempo ya
entre los griegos en el que Religión, Arte y Ciencia se enseñaban
juntas en los Templos de Misterios. Pero hízose necesario, para el
mejor desenvolvimiento de cada una de ellas, el que se separaran
durante algún tiempo.
La Religión reinó suprema en las llamadas "edades negras", la Edad
Media. Durante ese tiempo esclavizó a la Ciencia y al Arte, atándoles
de pies y manos. Luego vino el período del Renacimiento y el Arte
floreció en todos sus dominios. La Religión era muy fuerte todavía, y
el Arte se prostituyó bien pronto, poniéndose al servicio de la
Religión. Por último le llegó el tiempo a la Ciencia moderna, la que
con mano de hierro ha subyugado a la Religión.
Fue en detrimento del mundo que la Religión oprimió a la Ciencia. La
Ignorancia y la Superstición produjeron males sin cuento; pero, no
obstante, el hombre abrigaba elevados ideales espirituales y esperaba
una vida mejor. Es muchísimo más desastroso el que la Ciencia esté
matando a la Religión, porque ahora, hasta la Esperanza, el único don
que los dioses han dejado en la caja de Pandora, puede desvanecerse
ante el Materialismo y el Agnosticismo.
Tal estado de cosas no puede continuar. Tiene que producirse la
reacción. Si así no fuera, la Anarquía rendiría al Cosmos. Para
prevenir tal calamidad, la Religión, la Ciencia y el Arte deben reunirse
en una expresión más elevada de lo Bueno, lo Verdadero y lo Bello,
que lo que había sido antes de su separación.
Los sucesos futuros proyectan sus sombras anticipadamente, y cuando
los Grandes Guías de la humanidad ven cierta tendencia hacia el
ultramaterialismo, que repunta ahora en el mundo occidental, tomaron
ciertas medidas para contrarrestarla y transmutarla a su debido tiempo.
No deseaban, en manera laguna, matar a la Ciencia floreciente como
ésta ha tratado de hacerlo con la Religión, porque ellos ven que el
bien, en definitiva, resultará cuando una Ciencia avanzada se haya
convertido nuevamente en colaboradora de la Religión.