¿Es sencillo cambiar instantáneamente nuestras emociones con
sólo decidir hacerlo?
Sí, porque al cambiar nuestra acción, se modifican mecánicamente
nuestros sentimientos. Por que las emociones de la preocupación,
el miedo, el odio, la envidia son tan violentas que tienden a expulsar
de nuestros espíritus todos los pensamientos y emociones pacíficos
y felices. El remedio contra la preocupación es ocupar el tiempo
en la realización de algo constructivo.
¿Da resultado este truco tan sencillo?
Es como la cirugía estética. Ponga en su cara una sonrisa amplia
y sincera, saque pecho, respire pausada y profundamente y entone algo.
Pronto descubrirá que es físicamente imposible permanecer deprimido o
agobiado mientras se manifiestan los síntomas de una felicidad radiante.
Si uno cambia los pensamientos sobre las cosas y sobre los
demás, las preocupaciones empiezan a desaparecer.
Así de sencillo. Porque nuestra vida es la obra de nuestros pensamientos.
Si tenemos pensamientos felices seremos felices. Si tenemos
pensamientos desdichados, seremos desdichados. Si tenemos
pensamientos temerosos, tendremos miedo. Si pensamos en el fracaso,
seguramente fracasaremos. Si nos dedicamos a compadecernos,
todo el mundo huirá de nosotros.