HACIA TU LUZ
Piensa por un momento en todas las cosas que te han traído a donde te encuentras hoy. Piensa en hace un año, hace cinco años, veinte años; ¿formaba parte de tu plan estar donde te encuentras ahora mismo? ¿Estaba en algún lugar de tu mente?
¿Cuántas piezas, acciones y reacciones, causas y efectos se necesitan para movernos y llegar a donde estamos ahora mismo? Es difícil de descubrir.
Esta semana preguntémonos a nosotros mismos: ¿Cuán diferentes somos de quienes éramos hace solo un año? ¿Cuán diferente es nuestra situación de vida de lo que era hace cinco años? ¿Estamos progresando o estamos estancados?
Si hemos logrado algún tipo de "éxito", ésta puede ser una situación más precaria que si estamos estancados. Cuando sentimos que hemos "llegado", nuestro impulso puede volverse lento. Está bien tomarse un descanso para recargarnos, revigorizarnos y realinearnos, pero siempre hay espacio para la expansión, para crear nuevos sueños y objetivos.
Cuando estamos estancados, puede ser que no tengamos claridad sobre nuestro siguiente movimiento o incluso sobre lo que queremos en la vida, pero somos conscientes de que necesitamos movernos. Somos conscientes de que nos sentimos perdidos y lejos de lo que nuestra alma quiere ser.
En algún lugar entre el éxito y el estancamiento está el estado de sólo irla pasando; uno de los peores lugares en los que podemos estar. Tan solo queriendo lo suficiente, poniendo el esfuerzo suficiente, sin inspiración real, ahí es cuando las piezas dejan de moverse.
Esta semana, preguntémonos a nosotros mismos: "¿Estoy haciendo lo necesario para progresar?". Sé honesto contigo mismo, porque esta respuesta es el primer paso para avanzar hacia la Luz.