LA PUERTA A MI BIEN ESTA ABIERTA ANTE MI A veces puede parecer que como si una puerta por la cual he deseado entrar ha estado cerrada para mí. Quizás no recibí el empleo que deseaba, una relación personal se ha terminado o alguna otra situación ha ocurrido que me ha forzado a cambiar mi rumbo. En momentos como éstos, es importante que afirme la verdad: Dios es la única fuente de bien. Llevo mi vida consciente de que no hay persona ni circunstancia que pueda quitarme o evitar mi bien. Cada vez que una puerta se cierra, es una señal para mí de que otra -una más ancha- se ha abierto en otro lugar donde un bien mayor está disponible para mí. Encuentro felicidad y satisfacción a pesar del cambio, porque éste abre puertas que yo no sabía que existían. Cuando paso por estas nuevas puertas, me aguardan grandes oportunidades. "He puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar" (Apocalipsis 3:8)
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