Muchas veces nos enrredamos buscando las cosas extraordinarias, las revelaciones provenientes de los profetas, contactados o canalizadores, sin darnos cuenta que la verdadera espiritualidad y que la unión real con Dios, sólo la podemos encontrar en lo más íntimo de nuestro corazón, porque "la verdadera religión es la actitud de un alma individual, en sus relaciones conscientes con su Creador.1607 y esta relación íntima con la divinidad no es como un rayo que nos ilumine en un momento determinado, pues "los hombres no hallan al Supremo en forma repentina y espectacular como un terremoto abre abismos en las rocas, sino que lo encuentran lenta y pacientemente como un río que va desgastando quietamente su lecho.1291
Es en la vida cotidiana, en medio de la rutina de nuestras obligaciones laborales es donde debemos sentir en nosotros la presencia divina, recordando que "nada de lo que hace un hijo de Dios es ordinario.1232 porque el valor de nuestras acciones radica en nuestras intenciones y en el grado de conciencia que empleemos al hacerlo y para conseguirlo no es necesario poner la mente en blanco, ni sentarnos en posición del loto, basta que entablemos un diálogo semejante al que cualquier hijo tiene con su padre, simple directo y confiado, porque sabemos que nuestro Padre tiene la capacidad de comprendernos plenamente aunque no sepamos explicarnos muy bien, a El le basta nuestra intención de buscarlo y nuestra sinceridad al encontrarlo.
Cuando aprendemos a ver a Dios, en los sitios donde nunca antes lo habíamos visto, cuando El está presente en las cosas ordinarias del diario vivir, cuando se despierta nuestra capacidad de asombro ante lo que creíamos saber, ante lo que habíamos mirado sin Ver, ante lo que habíamos oído sin Escuchar... cuando sintiendo nuestra pequeñez como seres finitos, somos capaces de confiar que con Dios todo es posible... entonces, nuestra conciencia se expande y el mundo tiene sentido, porque hemos encontrado el sitio para lo espiritual y sagrado sin desvincularlo de la realidad mortal.
Cuando la religión nos permite reconocer la verdad, en las cosas no vistas y escuchar los mensajes a través del lenguaje no hablado, quiere decir que hemos encontrado nuestra religión viva y personal, la única trascendente y verdadera que nos permite afrontarlo todo sin miedo, porque hemos encontrado a Dios, no fuera sino dentro de nosotros y por nosotros mismos. El sentir a Dios, nos da la serenidad para creer que el mundo tiene sentido, apesar del caos. El tomar conciencia de lo que ocurre, nos ayuda a no ser extremistas en nuestros juicios y en nuestras reacciones, porque comprobamos que nada es abiertamente malo, ni nada es perfectamente bueno y que los problemas sólo se solucionan cuando se asumen.
La religión del espíritu no solamente es la única que nos conduce verdaderamente a la evolución y a la espiritualidad que nos permite alcanzar la sobrevivencia eterna, sino que tiene como valor agregado nuestra propia felicidad en este mundo pues "la felicidad resulta del reconocimiento de la verdad porque puede ser actuada; puede ser vivida. El desencanto y la pena se producen por el error porque, no siendo éste una realidad, no se puede lograr en la experiencia. La verdad divina se conoce mejor por su sabor espiritual.42
Para no caer en el autoengaño de creernos espirituales sin serlo, debemos recordar las palabras de Jesús: "Aunque no podéis observar la obra del espíritu divino en vuestra mente, existe un método práctico que os permite determinar hasta qué punto habéis puesto el control de los poderes de vuestra alma al servicio de las enseñanzas y dirección de este espíritu residente del Padre celestial, y ése es: la magnitud de vuestro amor al prójimo. Este espíritu del Padre comparte el amor del Padre, y a medida que va dominando al hombre, lo conduce infaliblemente en la dirección de la adoración divina y del amor y respeto por los semejantes. 1642
¿Es este nuestro caso???????
yolanda silva solano
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