El dolor no siempre tiene que ser algo negativo. Es importante sentir el dolor de otros
(tanto el que hemos causado como el que no) porque puede inspirarnos a ver cuánto
más necesitamos hacer.
Mi padre solía sugerir que sus estudiantes visitaran los refugios para personas sin hogar
u hospitales para niños. Si puedes encontrar tiempo en tu programa para hacerlo esta
semana, piensa en alguien en tu vida que sabes que ahora está en un sitio oscuro y
medita de verdad en sentir de dónde viene.
Es sólo cuando comenzamos a sentir el dolor de otros que la Luz nos mostrará la mejor
manera en que podemos ayudarlos.