Uno de los más grandes trucos del Oponente es hacernos pensar que él es nosotros; pero el Oponente es una
fuerza externa. Sólo existe dentro de nosotros cuando lo invitamos a entrar. Nuestra verdadera alma nunca es
el Oponente y siempre es el Creador.
Erróneamente lo etiquetamos como “MI ego”, “MI negatividad”, “MI oscuridad”.
Cuando sabemos que nuestra negatividad existe fuera podemos separarla y ver la auténtica versión de nosotros
mismos y conectar con la verdad de nuestra esencia.