La vida puede parecer difícil
al enfrentar ciertos acontecimientos:
perder el trabajo,
una crisis de salud o
dejar ir un sueño anhelado.
Aunque podamos sentir
consuelo temporal
por medio de personas o cosas
a nuestro alrededor,
el verdadero aliento
proviene del Amor infalible de Dios.
Encontramos consuelo
en el Amor de Dios.
Aquietemos nuestros pensamientos
y vaciemos nuestras mentes
de la zozobra del temor,
la duda o el dolor.
En el silencio,
avivemos el amor, la paz
y el consuelo en nosotros.
Recordemos que somos por siempre
la Creación de un Creador amoroso.
Nunca seremos abandonados;
Dios nos ama.
Fortalecidos por el
consuelo del Espíritu,
que siempre está disponible
para nosotros,
superemos cualquier reto
con gracia.
"Así Te bendeciré en mi vida;
en Tu Nombre alzaré mis manos"
(Salmo 63:4)
Luz Divina
La Luz Divina brilla en mi sendero e ilumina mi camino
Tal vez me encuentre en una encrucijada:
si sigo derecho, mi vida continuará siendo la misma;
si cruzo a la derecha o a la izquierda,
mi vida será una nueva aventura.
Bien acepte el cambio o permanezca en lo conocido,
seré guiado correctamente
al seguir el camino iluminado por la Luz Divina.
Bajo esta Luz no tengo nada que temer.
Mi pensamiento es claro y éste me prepara
tanto para lo esperado como para lo inesperado.
Presto atención a mi intuición.
Logro percibir qué es lo mejor para mí en cada momento.
Y si hay sorpresas en el camino,
respondo con calma, paciencia y confianza.
Soy flexible y fuerte en Espíritu.
Soy Bendecido por la Belleza y Majestad de
la Creación que la Luz Divina me revela.
Dijo Dios:
"Sea la luz".
Y fue la luz.
(Génesis 1:3).
Marta. B.
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