Ayer te vi
EL PODER DE LA LUZ
¿Has pensado alguna vez que una vela no pierde su brillante poder cuando enciende a otra? La habilidad de compartir su luz sólo es limitada por el tiempo que permanece encendida. Cuando Jesús dijo: "Tú eres la luz del mundo", lo hizo con el conocimiento de que poseemos una Fuente de Luz ilimitada, el Cristo interno. Como una vela encendida, cada uno de nosotros puede bendecir un número incalculable de personas gracias a nuestra Luz Interna. Somos capaces de ayudar a muchas personas con nuestro amor y nuestra luz, sin disminuir en la menor manera nuestra Fuente. Frecuentemente, ofrecemos luz a otras almas sin estar conscientes de ello. Cuando menos lo esperamos, algún gesto o palabra sencilla iluminamos la vida de una persona, y sin perder ni siquiera un poco de nuestra luz. La Fuente de nuestra Luz es ilimitada y eterna. Cuando permitimos que la Luz de Dios brille a través de nosotros libre e incondicionalmente, somos verdaderamente "la luz del mundo". "Hagan brillar su luz delante de todos" (Mateo 5:16)
BENDIGO MIS ASUNTOS
CON IDEAS DE ORDEN,
AUMENTO Y ABUNDANCIA
Aquieto mis pensamientos
y me dirijo a Dios.
Tomo la idea divina del orden
y permito que mi mente se recree
en el orden que existe
en el corazón de todas las cosas,
el orden decretado y mantenido por Dios.
Pronuncio la palabra "orden"
bendiciendo mi mente, cuerpo y asuntos.
Tomo la idea de aumento
y medito en ella.
Abro mi mente
a mayor comprensión y conocimiento
de Dios.
Abro mi vida
al aumento de bien
de todo tipo.
Pronuncio la palabra "aumento"
con fe, creyendo.
Pienso en la idea de abundancia.
Me regocijo
en la provisión rebosante de Dios.
Doy gracias
porque la abundancia divina
viene a mí,
primero como abundancia
de ideas divinas
y luego como la abundancia
de todo lo que es necesario
para hacer que la vida
sea completa y perfecta.
Pronuncio las palabras
"orden", "aumento" y "abundancia"
y veo sus frutos.
"Mi Dios, pues,
suplirá todo lo que os falta"
(Filipenses 4:19)
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