La influencia acuariana estimula la conciencia de uno mismo. Nos lleva a afirmaciones
del tipo “Yo soy hijo de Dios”, “Soy valioso y tengo potencial”, “Puedo hacer cualquier
cosa si trabajo el tiempo necesario con la dedicación suficiente”, “Puedo pensar por mí
mismo y tomar decisiones”.
Una vez que nos hemos vuelto conscientes de nuestro valor intrínseco, ya no podemos
ser silenciados ni sojuzgados por otros. Ya no deseamos hacer por más tiempo el papel
de felpudo, de peón o de esclavo.
Una vez que nos hemos vuelto conscientes de nuestra capacidad para razonar y tomar
decisiones, que hemos descubierto que podemos tomar decisiones tan buenas como las
de cualquier otra persona, ya no seremos felices si otros deciden por nosotros.
Querremos ser libres para determinar qué pensaremos, qué creeremos, dónde iremos,
qué diremos y qué haremos.Una vez descubierto nuestro potencial,
queremos tener la libertad de desarrollarlo.
Queremos ser libres para acometer tareas nuevas que nosotros nunca hemos intentado
antes (tal vez ni siquiera otro lo haya hecho), incluso si ello implica asumir riesgos,
cometer ocasionalmente errores y a veces fracasar y comenzar de nuevo.
Puesto que compartimos la Tierra con otras personas, es lógico que las tratemos como
nos gustaría que nos tratasen a nosotros. Ya que esperamos que los otros nos respeten,
debemos respetar al prójimo. Debemos tener presente que toda persona es hija de Dios y
tiene un valor intrínseco y un potencial. Así como queremos libertad para tomar
decisiones, debemos igualmente permitir que los demás vivan sus propias vidas. Así
como queremos ser libres para tomar iniciativas, debemos permitir que otros hagan lo
mismo.
Elsa M.Glover
Queremos ser libres para acometer tareas nuevas que nosotros nunca hemos intentado
antes (tal vez ni siquiera otro lo haya hecho), incluso si ello implica asumir riesgos,
cometer ocasionalmente errores y a veces fracasar y comenzar de nuevo.