"Ningún ser humano nace perfecto, e incluso entre los más grandes sabios, los más grandes Iniciados, ninguno ha salido nunca del seno de su madre aureolado de luz divina. Por cuantas tribulaciones, cuantos sufrimientos ha tenido que pasar para encontrar su camino y, cuando lo ha encontrado, ¡no apartarse nunca de él! Durante mucho tiempo, también él ha llorado y suplicado… Las injusticias, los ultrajes, las traiciones no afectan tanto a los sabios y a los Iniciados. Lloran, suplican sólo para recibir la luz y conservarla. Y estas lágrimas derramadas para la luz, los ángeles las recogen preciosamente. "
Omraam Mikhaël Aïvanhov
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