El Reino de los Cielos se encuentra en el lugar adonde está tu compasión. Se encuentra en el lugar adonde está tu amor. Se encuentra en el lugar de tu generosidad. Se encuentra en el lugar adonde está tu sanación y la de otros. Es muy fácil encontrar el Reino de los Cielos en tu interior.
Hacia adelante y hacia arriba. Parte de lo que conozco del Espíritu es su movimiento constante, que es imposible de reprimir al ir hacia adelante; no se lo puede detener, a pesar de lo que parezca y hacia arriba, elevándose en la toma de conciencia de que todo siempre se está volviendo más expansivo y bueno.
Respiras el mismo aire que Bahaullah, Mahoma, Jesús, Salomón, David, Moisés, José, Abrahám y que todos los demás respiraron. Cuando te sintonizas a ti mismo con el Cristo, te sintonizas nuevamente a la herencia de toda esta línea de energía y poder. Su amor y su Luz, bajan justo a través de ti y la única manera que puedes manifestarlo es amando.
Amar es la gloria de Dios manifestada.
John-Roger